Glorias del Fútbol

Entrevista a Carlos Reartes

sábado, 30 de noviembre de 2024 01:49
sábado, 30 de noviembre de 2024 01:49

Lunes 26 de agosto del 2024, se presenta en los estudios de Radio El Esquiú el reconocido exjugador de fútbol Carlos Reartes, en compañía de su entrañable amigo Adolfo Quiroga.

Un hombre sencillo, humilde y con valores humanos muy genuinos, propios de quienes han transitado honesta y satisfactoriamente el camino de la vida.

Con una vocecita picaresca y a tono risueño, nos cuenta de sus inicios, de su barrio “El Mástil”, sus amigos y de su potrero inolvidable en la “Canchita de los Vega”, no olvida la hermosa arboleda y el agua fresquita corriendo por un canal que habían detrás de la cancha, y del deleite que era tomar esa agua fresquita entre partido y partido. A veces terminaba de jugar y se iba a trotar a la Gruta, y cuando regresaba a su casa, la imagen de sus padres que siempre estaba esperándolo en la puerta.

Es allí, en ese potrero, que un tal Carlota lo descubre y lo lleva a jugar en Juventud Unida de Santa Rosa, allí también estaba don Soria, que manejaba la tercera división, y entre ambos ubican a Carlos para que juegue 2 o 3 partidos en Reserva e inmediatamente debuta en Primera División con tan solo 15 años de edad, su padre no lo podía creer. 
En ese majestuoso equipo, que logra el ascenso a la Primera “A” jugaban: Perea (quien era el arquero en ese momento) el Negro Monges de 2, Carlos de 3, “Tintirilla” Barrionuevo de 4, Carlos Chacur de 5, Calvimonte de 6, Jorge Rodríguez de 8, el “Ciego” Elisabetta de 9, “Piquito” Navarro, “Coco” Quintero, entre tantos otros. 

En aquellos tiempos no había canilleras, las pelotas eran duras y a él le decían que se debía vendar los codos… por algo lo apodaban el Karateca.
También hace alusión a los gloriosos clásicos contra Defensores del Norte, cuando pasaban frente al club para ir a la liga estaba todo bien, pero después y más aún si perdía defensores, era imposible pasar, debían tomar otro camino.

Así, Carlos Reartes se había transformado en un gran marcador de punta con proyección con mucha movilidad, en momentos parecía un wing, y esas condiciones fueron las que lo llevaron a jugar en varios equipos de Catamarca, en Unión, donde le decían el “Flaquito”, en San Lorenzo, en Policial, en Tesorieri, en San Martin del Bañado. Allí fue recolectando amigos y grandes compañeros, tales como Allosa en Policial, Jorgito Rodríguez y Farías en Juventud, el Cateto Medina, el tobillo Herrera y Tatín Molina en Tesorieri. También jugó 7 años en el seleccionado de la liga con su primo Víctor Caballo Jalil.
Carlos nos cuenta de los grandes rivales que aún perduran en su memoria, como el “Quirquincho” Echeverría, “Burrón” Hidalgo, Nelly Ramallo, Pedro Ibarra, entre otros.

Que jugó varios regionales pero recuerda uno en especial, cuando jugaba para San Martín del Bañado en contra de San Martín de Tucumán (atajaba Salomón) y él ve adelantado al arquero, patea y hace un gol desde media cancha, en ese equipo jugaba Sigifredo y él lo hace expulsar. El Partido termina empate, pero es el mayor recuerdo que el guarda.
Nos comenta que su padre tenía un boliche y una vez hiso una apuesta y le dice a Pedro Moya (jugaban contra San Lorenzo): “El chango les va a meter un gol”. Y así fue y ganó 500 pesos y como era de los Frías, cuando iba a buscar la bebida no quería llegar.
El fútbol le dejó muchas anécdotas lindas, como cuando en un regional enfrentó a Troitiño, quien tenía el mote de rapidísimo y muy hábil y Carlos lo choca y lo manda a parar al vestuario, (ríe como recordando una travesura de niño). En otra ocasión estaban jugando con su primo “el Caballo” Jalil y le dice: “Amansalo nomás, que yo después lo liquido, ja ja ja”.

También recuerda cuando jugaba en Veteranos y a los 4 años se retira por los serios problemas de rodilla, él fue quebrado en las 2 tibias y peroné, y como era aguerrido y seguía jugando, pero ya era hora de parar.
Carlos se emociona al ver unas fotos viejas, con amigos, excompañeros y al ver su juventud, nos dice: “La pucha, por qué carajo nos ponemos viejos”.
 

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