Deporte y Nostalgia

Daniel “Loquillo” Agüero: el primer catamarqueño que combatió en el Luna Park

martes, 26 de marzo de 2024 01:01

Caso atípico. Pisó un gimnasio por primera vez a los 20 años y, sin embargo, casi cuatro años después, fue protagonista de la pelea estelar en una velada del mítico Luna Park, “el templo” mayor del boxeo nacional.

A los 26, cuando nació su primer hijo, colgó los guantes. Una carrera corta en el duro deporte de los puños y tal vez no tan brillante como él hubiera querido. Pero dejó su sello al convertirse en el primer boxeador catamarqueño en pisar el histórico estadio ubicado en Bouchard y Corrientes, en el centro de la Capital Federal.

Daniel Francisco Agüero, “Loquillo” para todos los que lo conocen, tiene una rica y dura historia tanto en la vida como en el boxeo. Conoció a grandes figuras del ambiente y se codeó con grandes. Por eso las recuerda en esta ocasión, con la frescura y sus ocurrencias de siempre.

Con apenas veinte años

Al revés de casi todos los boxeadores, Daniel Agüero no comenzó a entrenar desde muy chico. Criado por sus abuelos, pasó la infancia y la adolescencia entre amigos y su familia, con varias travesuras a cuestas, haciendo crecer su apodo de “Loquillo”. Hasta que en 1981 y de la mano de Carlos “Torito” Ponce llegó a un gimnasio.

“Me había hecho amigo de él y me dijo que en vez de pelear en la calle por qué no practicaba y me dedicaba al boxeo. Me gustó y decidí quedarme a probar. Estaba Roberto Alejandro Mema como técnico. Empecé con él y terminé mi carrera con él. Me fue llevando hasta debutar como amateur. Realicé 50 peleas como aficionado tanto en Capital, en el interior y en provincias vecinas. En 1983 se realizó el primer Campeonato de Novicios en la sede de la Federación Argentina de Boxeo, FAB, en Buenos Aires, y yo fui parte de la delegación de Catamarca. El equipo estaba compuesto por Antonio Monetti y yo, del gimnasio de Mema; Juan Carlos Ramírez y Horacio René Brandán, del gimnasio de Luis “Piji” Tapía. En aquella ocasión, el “Chelco” Brandán se consagró campeón argentino y comenzó su carrera como profesional”.

Profesional

Como mostraba buenas condiciones, Mema lo preparó para su debut como profesional, también en 1983 en la división de los Súper Gallo. Tuvo en su comienzo un arranque espectacular, ya que en solo tres rounds venció a Ángel Picón, un boxeador con más experiencia. Sin embargo, el año se completó con cierta irregularidad en su campaña. Empató con Néstor Paniagua, perdió con Fidel Rivera, le ganó a Reinaldo Cazón Cadena y en la revancha con Rivera, cayó por nocaut por primera vez. Para colmo de males, en la revancha con Cazón Cadena perdió y cerró un comienzo en el profesionalismo con más dudas que certezas. Durante 1984 Agüero realizó siete combates, otra vez marcados por la irregularidad. En peleas realizadas en el interior del país ganó dos y perdió las restantes, mientras que la séptima terminó sin decisión.

“Loquillo” posando frente al mítico estadio Luna Park, donde en 1985 fue protagonista de la pelea central ante Pedro Décima. Excampeón mundial.

Al Luna Park

Durante 1985 y con una campaña irregular, “Loquiilo” se preparaba para combatir en Caleta Olivia, Santa Cruz, y por tal motivo se entrenaba en el Luna Park. En el camino llegó la noticia que la pelea se cayó y, como estaba en Buenos Aires, se lo programó en la cartelera del mítico estadio. Pero la sorpresa fue enorme cuando supo que sería protagonista del combate de fondo y con televisación a todo el país. “Fue 7 de agosto de ese año. Me tocó nada menos que Pedro Décima, un boxeador tremendo que después sería campeón del mundo”. Frente a Agüero impuso su jerarquía y lo venció por nocaut en dos rounds. Pero ese combate marcó su vida. El tucumano venía desarrollando una campaña espectacular. Había participado de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, y luego como profesional totalizó 36 peleas y ganó 31, consagrándose campeón mundial en 1990. Aunque el resultado quedó como una gran anécdota, todo Catamarca estuvo pendiente de esa velada, lo que le valió el reconocimiento general.

El retiro

Durante ese año, “Loquillo” realizó solo una pelea más, que fue ante Manuel Antonio Villalba donde también perdió y comenzó a dar vueltas en la cabeza la idea de colgar los guantes para siempre. Pero siguió un tiempo más hasta que en 1986 cumplió una promesa. “Había dicho que cuando nazca mi primer hijo, dejaba el boxeo. Bueno, ese año nació Andrés y me retiré como boxeador profesional”. En total completó 19 combates, la mayoría fuera de la provincia, ya que en Catamarca solo se presentó tres veces. El resto los repartió entre Salta, Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero, Jujuy y por supuesto, Buenos Aires. Fue rival de Néstor Paniagua, Carlos Laciar, hermano de “Falucho”, el boliviano Reinaldo Cazon Cadena y Pedro Décima. Conoció a Nicolino Loche, la “Pantera” Saldaño, Uby Sacco, César Vázquez y “Falucho” Laciar, entre otras grandes glorias del boxeo.

Agüero junto a su ídolo máximo, Carlos Monzón, el recordado campeón del mundo que hizo tanta historia.

 

Agradecimientos

Durante su carrera Agüero reconoce que pese a combatir en varios escenarios del país, las bolsas no eran importantes. “Pero tengo el recuerdo de todos los que me ayudaban de una manera u otra. Don ‘Pepe’ Salazar y sus hijos, por ejemplo. Siempre estuvieron apoyándome con lo que necesitaba. “El Boliche de Chichí” y “La Farola”, de la familia Brizuela, fueron otros que estuvieron siguiendo mi campaña”.

Después del boxeo encontró como su hobby la fotografía y su manera de sostener a la familia. Pero en una ocasión se encontró con el entonces gobernador de la provincia, Dr. Ramón Eduardo Saadi, quien le dio la posibilidad de ingresar al Ministerio de Educación, donde continúa trabajando. “Por eso estoy siempre agradecido de todos los que me ayudaron desde que incursioné en el boxeo y donde también me hice de muchos amigos”.

En su campaña, como amateur, junto a su entrenador Roberto Mema y su mentor en el boxeo, Carlos “Torito” Ponce, ya fallecido.

 

Esquivando al gigante

Dentro de sus innumerables anécdotas como peleador, recuerda que “una vez fui a Santiago del Estero para un combate. Me tocó un rival que medía como dos metros y yo que soy bajo, pensé que si me agarra me saca del ring. Entonces tuve que hacer la gran “Nicolino” (por Loche) y empecé a rotar por todo el cuadrilátero. Como tenía buena cintura le hacía errar todas las manos que me tiraba. Así fueron pasando las vueltas hasta que en una de esas me alcanza con un puñetazo al cuerpo, pero rápido giro y me coloco detrás de él. El santiagueño empezó a buscarme y no me encontraba. Pensó que me había sacado del ring y se paró mirando a su rincón. Los otros desesperados le gritaban que yo estaba detrás. No lo podía creer”.

Daniel Agüero y su clásica presentación en un ring. En esta ocasión en un combate en Chilecito, La Rioja, frente a Carlos Laciar.

Esta es parte de la breve historia de “Loquillo” Agüero en el boxeo, que arranca en 1981y culmina en 1986. Dejó un recuerdo imborrable en la memoria de los catamarqueños que siguen el deporte.

Redacción y producción: Andrés Rafael Bruno.

 

ALGO PERSONAL

Nombres y apellido: Daniel Francisco Agüero.

Apodo: “Loquillo”.

Fecha de nacimiento: 1 de noviembre de1961.

Lugar: Capital, Catamarca.

Madre: María Gerónima Agüero.

Hermanos: Ramón, Domingo Ignacio, José Manuel y Ángela.

Esposa: María del Carmen Toledo.

Hijos: Andrés, Daniel Gastón, Cinthia del Valle, Jésica Isabel, María del Pilar y Celina Nair.

Nietos: 14 y un bisnieto.

Trabajo: Administración Pública (Ministerio de Educación, activo).

Hincha: Vélez a nivel local y de Boca Juniors en el plano nacional.

Ídolo: Carlos Monzón.

Hobby:  la fotografía.

Comida preferida: Guiso de arroz completo.

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