Descansado y con las energías recargadas tras el fin de semana libre posvictoria en el debut en la Copa Argentina, el plantel de Diego Martínez se presentará desde temprano en el Boca Predio en este martes soleado, para poner manos a la obra en la preparación del clásico del sábado.

Sí, se le viene San Lorenzo, un hueso siempre duro de roer y en un momento clave que puede definir parte de su estadía entre los primeros cuatro de la Zona B.

El cuerpo técnico sabe que hay mucho en juego en La Bombonera y eso les transmitirá a los jugadores cuando pongan nuevamente un pie en las instalaciones del centro de entrenamiento de Ezeiza.

Por eso, pese a que el miércoles 3 de abril arrancará su ilusión en la Copa Sudamericana en la altura de Nacional de Potosí, no se guardará nada para la fecha 12 de la Copa de la Liga.

El plan de Martínez es poner toda su artillería pesada en cancha porque tiene como prioridad que Boca se clasifique a los playoffs del certamen local, incluso aunque ello lo lleve a tener que guardar algunos solados para el debut copero en las engorrosas condiciones de Bolivia.

Pero para definir bien los nombres, primero aguardará por cómo se desarrolla la semana para dos piezas claves que esperan recuperarse: Sergio Romero y Guillermo Fernández.

El DT evaluará cómo evoluciona Chiquito de la inflamación del tendón de Aquiles y si Pol ya está al ciento por ciento del esguince de tobillo para determinar si los tiene en cuenta para recibir al Ciclón de Rubén Darío Insúa. Otro factor a tener en cuenta es que por ahora, y al menos hasta mañana, no contará con los jugadores convocados a sus selecciones: Luis Advíncula (Perú), Norberto Briasco (Armenia), Nicolás Valentini (Argentina) y Cristian Medina (Argentina Sub 23).

Con este panorama, el once de Boca para el clásico recién empezará a tomar forma cuando todos los citados a la fecha FIFA peguen la vuelta al predio de Ezeiza, teniendo en cuenta sobre todo los casos de Advíncula y Medina, potenciales titulares en la mente del entrenador.