Entrevista a Aldo Ibáñez

sábado, 15 de febrero de 2025 00:53
sábado, 15 de febrero de 2025 00:53

Considerando que Aldo Ibáñez fue unos de los mejores arqueros del fútbol chacarero, y que actualmente sigue jugando en Primera División con sus jóvenes 48 años, es un placer haber podido dialogar con él en este programa de Glorias del fútbol catamarqueño y nacional (GFCyN). Defensor irrestricto de los colores rojo y negro chacareros.  

Su idilio con el fútbol inicia desde muy pequeño cuando su padre solía llevarlo al Polideportivo Vial a rodar tras la caprichosa, “…ahí siempre faltaba arquero y me gustaba atajar y sumarme a los partidos …” (sic).

En el fútbol de AFA siempre le gustaron Hugo Gati y el “Mono” Navarro Montoya, tanto por cómo atajaban y por sus personalidades; acá en Catamarca admiró mucho al “Loco” Juárez, que fue un grande que dejó muchas enseñanzas y tuvo la suerte de aprender mucho de él.

¿Cuándo empieza el camino en las inferiores? En las inferiores se inició en Defensores de Esquiú, desde la categoría más chica hasta llegar a Primera y pasó por todas las categorías, pero antes, hubo un tiempo que era delantero y jugaba de 7, tiempo después eligió el arco para siempre. Así aprendió a convivir con el oficio de atajar y abrazar la pelota todos los días. 

¿Cómo se cuida? Hay que cuidarse con las comidas, tomar vitaminas, para poder mantenerse, y siempre tener el apoyo de la familia. El entrenamiento propio, y dar lo mejor siempre. 
De sus Amigos hay una persona que siempre estuvo a su lado, que es “Pichón” Jaime, presente  donde juagaba el “Defe”, siempre inculcándole valores y pasión futbolera. 

¿Estaba en su pensamiento de niño llegar a debutar en Primera? Uno siempre sueña con ello, desde niño, de llegar incluso a jugar en AFA, cosa que no se pudo dar en la Primera Nacional, pero al menos el intento estuvo. A los 14 años debutó en Primera local, era suplente de “Chicho” Ramallo, De Filipo era el DT. Le tocó entrar de sorpresa, pero ya esperaba y presentía su debut. 
Su palmarés indica que jugó en Defensores de Esquiú, en La Carrera, en la Tercena. Pero como trabajaba en una fábrica y por los horarios de entrenamiento no tenía muchas posibilidades de ir a otros clubes. En torneos regionales jugó en La Merced, en San Lorenzo de Alem. En Villa Dolores, en el Seleccionado Chacarero, en Sumalao, en la Banda, entre otros. 

Uno se brinda en un club por amor, porque uno es hincha (sic), en Defensores de Esquiú lo esperaban para entrenar, le daban varias alternativas y posibilidades, es así que entregó gran parte de su vida y de sus sentimientos al Rojinegro. 

Recordemos que desde el año 1982 - que se insertan los torneos de AFA a la Liga Chacarera- la mayoría de los clubes llevaban arqueros de la Capital, o traían de afuera, pero la vigencia que tuvo Aldo Ibáñez fue un récord impresionante, que impidió dicha acción. 

Aldo es un hombre sereno, pausado al hablar y muy honesto, él inculca que no tomen al fútbol como un hobby, sino como una responsabilidad, que sean responsables tanto en el estudio, en el trabajo como en el fútbol. A los chicos trata de transmitirle lo mejor siempre.

Sobre retirarse del fútbol, Aldo aún no lo piensa, en cambio prefiere seguir juagando con sus 48 años, y ahora está en Pirquitas, en la Primera División. Tampoco piensa en ser director técnico ni ayudante de campo, solo disfrutar del fútbol. 
Con respecto a su función en el arco, alega: “Es difícil ser arquero, vos podes tapar 5 o 6 y te equivocas en una y sos el peor. Es muy ingrato a veces.” Con cierta emoción recuerda a El “Loco” Juárez, que fue un ejemplo para todos por su profesionalismo. Que a pesar de su edad seguía trabajando siempre.

Cuando se le pregunta de alguna anécdota, él recuerda que tiene varios goles convertidos, pero hay un gol memorable a su favor, en la última fecha estaba por salir campeón la Villa y jugábamos contra San Martín y se fue al ataque, metió un gol y salen campeones con su gol. También recuerda de varios goles de penales, además de atajar otros tantos. 
De un sueño cumplido, nos trae a la memoria el Ascenso con Defensores de Esquiú, que fue algo muy lindo que se vino trabajando desde mucho tiempo, algo serio. El plantel, cuerpo técnico y los dirigentes trabajaban de la mejor manera representando a Catamarca. “Éramos todos catamarqueños, de las Chacras, no como otros clubes que se fijan en jugadores de otros lados”. 

Aldo es un hombre familiero y en las fotos recuerda a su familia, a su señora Laura, a su hijo Aldito (de 15 años y que juega en Defe) y María Laura. También a su madre y a sus sobrinos. Aldo Ibáñez pasó por las filas de las glorias del fútbol catamarqueño, inculcando que lo más importante es el afecto y cariño de la gente, y el amor y respeto al fútbol. Muchas gracias querido Aldito.  
POL 

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