Considerado una gloria del Club Defensores del Norte y la Liga Catamarqueña de Fútbol, nació en el año 1958 en el distrito La Candelaria del departamento Ancasti, en la provincia de Catamarca. Integrante de una tradicional familia numerosa del lugar, desde niño se observaba su gran pasión por el fútbol, jugaba en la escuela, en la calle y/o en el fondo de su casa, etc. Al trasladarse a la ciudad capital para concurrir a la escuela secundaria (Escuela Normal de Varones), jugaba en las viejas canchas que se ubicaban en los pabellones donde hoy es la UNCA. Allí fue observado por su profesor Juan Liendo, quien notó sus enormes condiciones deportivas, lo que lo llevó a ficharlo en el Club Defensores del Norte. Allí jugó algunos partidos en las divisiones inferiores y, en el año 1972 con 14 años, debutó en la Primera División, vistiendo la camiseta N° 9 y compartiendo equipo y cancha con el mismo Liendo. A partir de ese momento, comenzó su largo periplo por la entidad “albiverde” saliendo campeón en sus inicios y completando una larga y exitosa trayectoria. Tuvo como compañeros a reconocidos jugadores de la época como el “Tero” Ibarra, Juan Coronel, Víctor Jalil, Juan Pedro Castillo, “Lito” Toledo y Juan Liendo, entre otros.

También integró los seleccionados de la Liga Catamarqueña. Se desempeñaba como centrodelantero o puntero derecho, su característica era la de ser habilidoso, veloz y asistidor de juego para hacer goles, también convirtiendo. Registró 62 goles en los equipos de la Liga Catamarqueña (53 en Defensores, 3 en Tesorieri, 2 en Estudiantes y 3 en Ferro de Nueva Coneta) en estos últimos tres equipos jugó al final de su carrera, que fue de aproximadamente 18 años.

Fue integrante del Ejército Argentino en 1977 (la primera camada de jóvenes de 18 años). Laboralmente se desempeñó como empleado de la Municipalidad de la Capital. Luego de soportar una cruel enfermedad, falleció hace 17 años, dejando un gran recuerdo entre los futboleros, al ser un hombre humilde, sencillo y de perfil bajo, pero cuando entraba a la cancha se transformaba en un delantero hábil, guapo y goleador.

Al partir de este mundo, un exdirigente de Defensores, Hugo Esparza, también fallecido, lo despidió con un hermoso verso, del que rescatamos la última estrofa: “Me parece verte con la bandera verde flameando, entre nubes gambeteando hasta llegar al cielo, donde Dios te está esperando”.

Por “Tato” Zurita