Esposado a la cama de la clínica privada donde lo curan tras recibir un balazo en el muslo izquierdo, Nahuel Barrios grita que es inocente. 

Por ahora la Justicia no le cree, entonces el grillete aprieta la muñeca contra el frío metal de la cama del cuarto donde se recupera tras un gravísimo incidente que lo tiene, por ahora, como principal protagonista.

Detrás de la puerta donde está internado, hay consigna policial permanente. Cada 12 horas un uniformado nuevo se para frente a esa puerta inexpugnable, y solo se abre para recibir a su abogado y para hacer su declaración indagatoria.

En ella Nahuel Barrios, alias el “Perrito”, juró y perjuró que jamás manipuló un arma, que apenas vio el escándalo entró a separar y no a agredir, y que cuando vio que desde el otro lado blandían dos armas de fuego, salió rápido afuera para meterse en su camioneta negra y huir, pero no lo logró: cuando intentaba abrir el vehículo lo rodearon entre diez rivales y uno a corta distancia le pegó el tiro que ahora lo tiene en el nosocomio, esposado.

La UFI 4 avisó que será hoy cuando tome decisión sobre este particular y mientras tanto, Nahuel Barrios seguirá internado en el nosocomio privado sin posibilidad de alta ambulatoria.