Se celebra mañana en todo el país el Día del Canillita, una fecha instaurada a mediados del siglo pasado, en honor a la memoria del escritor Florencio Sánchez.
Como se sabe, Sánchez fue autor de una obra de teatro protagonizada por un vendedor de diarios, que por sus piernas delgadas era apodado “Canillita”, y por extensión el nombre sirvió para bautizar a quienes se dedican a este oficio.
La tarea del canillita cambió mucho a través de los años, en algunos aspectos para bien y en otros para mal.
Un punto muy positivo es que originalmente los canillitas eran niños, y a partir de la concientización social de los perjuicios que genera el trabajo infantil, la venta de diarios se restringió a personas mayores de edad.
Un punto negativo es que los canillitas perdieron algunos derechos históricamente reconocidos, como el de no trabajar en su día.
El 7 de noviembre como día no laborable para los canillitas desapareció hace varios años, por cuestiones esencialmente comerciales: un día que el diario no aparece implica la pérdida de ingresos publicitarios, venta de ejemplares e incluso la resignación de ingresos para los propios canillitas, que viven de lo que recaudan.
El Esquiú, pese a que necesita de ingresos tanto como cualquier otro emprendimiento empresarial, entiende que una jornada en el año no modificará la situación, y por ello decidió respetar el Día del Canillita, que como trabajadores tienen derecho a celebrar su día.
El Esquiú no aparecerá mañana, lo cual no afectará la cobertura informativa ya que en esta edición se incluyen todos los anuncios correspondientes al domingo, y el lunes retomaremos el contacto con nuestros lectores. Ademas, hoy sábado, nuestra WEB será actulizada al instante.
Felicitamos a los canillitas en su día y les auguramos un feliz día, reconociendo la importancia de su noble y tradicional labor.