EDITORIAL

Daños irreversibles

lunes, 8 de noviembre de 2010 00:00
lunes, 8 de noviembre de 2010 00:00

Los incendios forestales están incorporados desde hace tiempo al conjunto de hechos que los catamarqueños consideran casi cotidianos. Si el fuego no se acerca demasiado a zonas pobladas, o el siniestro no alcanza dimensiones gigantescas, la noticia no atrae demasiada atención.
Sin embargo, el daño que provoca cada uno de estos incendios es incalculable, y a corto plazo modificará la fisonomía de nuestros cerros, como ya lo hizo en amplios sectores de Ambato.
La pérdida de ejemplares y especies vegetales y animales demanda muchas veces hasta medio siglo para su recuperación, en los casos en que efectivamente se pueden recuperar.
Pero la falta de vegetación que generan las llamas, deriva además en cambios negativos en el suelo, que pierde estabilidad ante la menor lluvia, favoreciendo desmoronamientos y derrumbes de tierra y rocas.
Este último detalle es de singular importancia en una provincia como Catamarca, donde miles de kilómetros de rutas atraviesan zonas de montaña.
La situación es seria, y llevó a formar, en los últimos años, cuerpos especialmente preparados para combatir esta clase de siniestros, algo que puede llegar a convertirse en una odisea si el fuego se localiza en lugares de difícil acceso.
¿Qué es lo más triste de esta situación, aún por encima del daño ecológico?
Que la abrumadora mayoría de los incendios son intencionalmente provocados por el hombre.
Un acto de crueldad mayúscula, cuyas consecuencias se pagan por generaciones y que sólo la ignorancia del mal que se ocasiona puede explicar.

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