En pleno mes de agosto, todavía en invierno y cuando apenas pasaron un puñado de días desde que los termómetros ambientales marcaban temperaturas bajo cero, se confirmó oficialmente en Catamarca la aparición del primer caso de dengue.
Sirve como atenuante el hecho de que la infortunada paciente es una señora que, según informaron los médicos, contrajo la afección en un reciente viaje por el Litoral, lo que convierte al caso en un hecho aislado.
Sin embargo, la noticia ratifica que las autoridades sanitarias no pueden relajarse, ya que aún está fresco en Catamarca el recuerdo del desastre que ocasionó la enfermedad hace dos veranos, con más de diez mil infectados y una víctima fatal.
Los meteorólogos anticipan que la próxima temporada estival será durísima, y la presencia de los mosquitos aedes aegyptis está, lamentablemente, asegurada.
Esto significa que deberán optimizarse desde ahora todas las medidas de prevención, para que no vuelva a repetirse el contagio masivo del dengue.
Durante el último verano, el resultado de los trabajos realizados fue positivo, y a nivel nacional se reconocieron los logros de la provincia en la materia.
Pero es esencial mantener el mismo grado de alerta para que el problema no vuelva a instalarse.
Claro que para lograr el objetivo, es imprescindible que no se deslinde toda la responsabilidad en el Estado, y que cada vecino colabore desde su hogar, eliminando los recipientes de agua estancada y siguiendo los consejos que se difunden a través de los medios. Porque la batalla será difícil, y confiarse equivaldrá a la derrota.