La gran mayoría de las personas quiere vivir mucho, y las investigaciones médicas revelan que la expectativa de vida es cada vez mayor. Para 2025, se calcula, cada cuatro personas habrá una mayor de 65 años.
Pero la cuestión no es sólo vivir muchos años, sino hacerlo con calidad de vida, y para ello es fundamental el sistema previsional.
Por una parte, es necesario revisar cuántas personas en actividad deben aportar, y qué porcentaje de su sueldo, para sostener a un pasivo. Por otra parte, tomar recaudos para que quienes administren esos fondos los destinen únicamente para los jubilados. Y por último, que el Estado cubra con otros recursos el pago de pensiones para quienes durante su vida laboral activa no hicieron aportes, sea porque fueron cuentapropistas, trabajaron en negro o padecieron crónicamente el desempleo.
El tercer domingo de agosto se celebra el Día del Abuelo. Los agasajos que desde organismos estatales se les hagan serán hipócritas, si no se toman medidas estructurales a su favor.
Pero no todo se agota en el sistema previsional para garantizar calidad de vida a las personas mayores. También es necesario considerar la cobertura social que tienen, los espacios públicos que se les ofrezce para el esparcimiento, el afecto que les prodiga su entorno familiar y algo que suelen no tener presente los estudiosos del mercadeo: los productos comerciales que necesitan. A modo de ejemplo, si comen lentamente, necesitan platos térmicos adecuados. Y el mercado tampoco piensa en ellos.