Editorial

Extrañas revelaciones

20 años después, surgen algunos puntos oscuros en los protagonistas del Caso María Soledad.
jueves, 16 de septiembre de 2010 00:00
jueves, 16 de septiembre de 2010 00:00

Escuchar a la hermana Martha Pelloni describir a la abogada Lila Zafe como su enemiga, resultó desconcertante para quienes emparentan ambas figuras como emblemas del Caso Morales.
La revelación de la ex rectora del Colegio del Carmen y San José, cuyo co-protagonismo en el proceso instructorio de la causa abierta por el crimen de María Soledad es indiscutible, resulta confusa desde todo punto de vista, entre otras razones porque Zafe es justamente quien coprotagonizó con ella aquellos convulsionados años.
Es extraño que Pelloni haya aparecido con semejante acusación dos décadas después de los hechos, justo ella que hizo una bandera de la frase que sentencia “justicia lenta no es justicia”. Y sus palabras adquieren una dimensión especial porque no las deslizó en una sobremesa íntima, sino frente a las cámaras de televisión, frente a miles de televidentes.
Pelloni describió su vínculo con la abogada de los Morales, con quien anunció el “esclarecimiento” del caso en 1990, como “dormir con el enemigo”, de modo que se define ahora engañada por la letrada.
Pero para el observador objetivo, no queda claro quién y para qué sobornó a Zafe, ni cuál fue la inconducta de la abogada, quien en definitiva dijo siempre lo mismo que Pelloni.
Tampoco se sabe en qué momento Pelloni descubrió la supuesta traición ni por qué no lo dijo en tanto tiempo, permitiendo que la memoria popular la mantuviera como alma gemela de quien resultó ser su enemiga.
Son demasiados puntos oscuros que impiden arribar a una conclusión seria, y que a cambio permiten exigir una explicación más precisa, al menos por respeto a los miles de catamarqueños que marcharon junto a Pelloni y Zafe por creer ciegamente en sus palabras.

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