Día del Inmigrante

Todos somos iguales

viernes, 3 de septiembre de 2010 00:00
viernes, 3 de septiembre de 2010 00:00

Se celebra hoy el Día del Inmigrante, una fecha vinculada con la esencia misma del ser nacional, que no se nutre sólo de los habitantes originarios de esta tierra, sino que se formó a partir de la conjunción de decenas de colectividades.
Desde aquel llamado oficial de hace casi dos siglos, más tarde respaldado en la propia Constitución Nacional, que garantiza derechos “para todos los habitantes del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”; la historia de la inmigración muestra cambios impactantes, que simultáneamente son causa y consecuencia de drásticas modificaciones en la realidad social del país.
La necesidad de habitar el inmenso territorio nacional abrió las puertas a millones de extranjeros, entre ellos españoles, italianos, portugueses, alemanes, ingleses, árabes, turcos, sirios, libios, franceses y tantos otros, que en su absoluta mayoría aportaron trabajo, esfuerzo, y también un caudal cultural que resultó decisivo al momento de definir la idiosincracia argentina.
En las últimas décadas, ya con otras connotaciones, el fenómeno se extendió con la llegada de inmigrantes de países limítrofes, que no siempre encontraron el mejor recibimiento, por la percepción general de los problemas económicos, que sugieren el crecimiento poblacional como un agravante que obliga al Estado a asumir más responsabilidades en un marco desfavorable.
Esta situación, sumada a las dificultades de los argentinos para instalarse en países cuyos hijos se radicaron antes aquí, cambiaron la asociación de la llegada de inmigrantes con una buena noticia.
Es un fenómeno global, que no debe alterar el orgullo que generó históricamente en los argentinos, sentirse parte de un lugar en el que no se discriminaba por raza, religión o color de piel, premisas que deben sosternerse más allá de cualquier circunstancia.

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