Editorial
Pensar en la gente
Todo el mes de septiembre estuvo marcado por los conflictos en el área de la Salud pública, que se tradujeron en durísimas protestas que afectaron la normal atención en postas y hospitales de toda la provincia.
Fue primero una jornada de reclamo, después dos jornadas, más tarde tres y para esta semana se convocó a una huelga, quite de colaboración o como se prefiera llamarlo, que implicaba cuatro días de inactividad.
Cuando el conflicto empezaba a agudizarse, desde este mismo espacio se consideraba necesario flexibilizar posturas y acercar posiciones, habida cuenta del grave perjuicio que significa para un enfermo acudir en busca de ayuda y no recibir atención.
Hoy, en la cuarta jornada de protesta de la semana, los Autoconvocados de la Salud realizaron una movilización que llegó hasta el Ministerio de Salud. Allí los recibió el ministro Mario Marcolli, hablaron algunos minutos y se levantaron las medidas de fuerza.
Los salarios de los empleados que reclamaban no se modificaron, el pago del adicional por antigüedad sigue en veremos, y no hubo ninguna definición concreta, más allá del renovado compromiso de buscar una solución.
En otras palabras, la situación es la misma que el lunes, que la semana pasada y que las semanas anteriores. Todo lo que cambió fue que dialogaron y cedieron posiciones.
Este final de conflicto, o tregua en todo caso, refleja cierto desinterés por la gente.
Porque nadie le devolverá a la comunidad los días sin atención en los hospitales, y genera al menos desazón ratificar que todo se podía evitar con unos minutos de charla.