Se presentó ayer la Licencia Única para Conducir, una medida que incidirá en casi todo el país, y que tiende a reducir la cantidad de muertes por accidentes de tránsito, que se mantiene en el escalofriante promedio de 8.000 víctimas anuales.
La licencia regirá en los estados provinciales que adhirieron a la Ley 26.363 (todos menos San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos), quienes tendrán la misma normativa en seguridad vial, unificando las políticas y medidas estratégicas para el desarrollo de un tránsito seguro. Se trata de un paso fundamental para participar del Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito, y del sistema de quita de puntos (scoring) y de coordinación de los controles conjuntos.
El nuevo sistema unificará los criterios de evaluación de aptitudes, conocimientos y capacitación para adquirir la licencia; el formato, costo y medidas de seguridad para emitirlas;la base de datos de infracciones de tránsito; entre otras medidas.
En la actualidad hay más de 1800 centros de emisión de licencias de conducir en el país, que poseen diferentes formas de emisión y formato. El proceso de unificación nacional de las licencias será progresivo, por lo que convivirá con los sistemas locales hasta su reemplazo total.
Es un nuevo intento, que puede representar un avance si su implementación efectiva encuentra cooperación en cada distrito y en los conductores, la pieza clave de un engranaje complejo.
Si a partir de mejores controles se comienza a reducir la cantidad de accidentes provocados por la imprudencia, podrá saludarse esta innovación como positiva. Por el momento, es un intento por revertir un panorama que en las últimas décadas no dejó de empeorar.