Una imagen dice más que mil palabras, suele decirse para describir la fuerza del impacto visual.
Y como recuerdo, le quedará a Eduardo Brizuela del Moral la foto del 14 de abril, cuando salió al balcón de la Casa de Gobierno y levantó los brazos cual Perón, saludando a la multitud que lo vivaba.
Puede que una imagen diga más que mil palabras, pero también hay cosas que las fotos no dicen.
Por ejemplo, que ésa era exactamente la foto que Brizuela esperaba para el 14 de marzo, y debió esperar un mes para conseguirla, en un escenario completamente diferente.
Su gran logro fue incrementar la planta de empleados públicos, un descalabro financiero que pagarán todos los catamarqueños, y que tiene nulo impacto en el crecimiento de la provincia, en la generación de recursos genuinos, en la apertura de fuentes de trabajo, en el desarrollo social, en el progreso colectivo.
Es legítima la alegría de los contratados, algunos de ellos sometidos a contratos basura desde hace años por el propio gobierno brizuelista.
Pero es también vergonzoso que el Gobernador haya salido a buscar la ovación por un acto que es, antes que una gestión oficial, una confesión de inoperancia.
Se recordará de su gobierno, que en las horas póstumas del ejercicio del poder, incrementó la planta estatal en más de cinco mil cargos.
Mostrará luego la foto del 14, y podrá contar la historia como prefiera. Lo cierto es que su incapacidad quedó groseramente expuesta, y por eso no pudo salir al balcón a celebrar en la madrugada del 14 de marzo.