EDITORIAL

Comportamientos apátridas

sábado, 1 de diciembre de 2012 00:00
sábado, 1 de diciembre de 2012 00:00

Mucha gente se quejó porque, en varias oportunidades, la presidenta de la Nación utilizó la cadena nacional para referirse a los fondos buitres que, desde distintos sectores del Planeta, buscan poner de rodillas a la República Argentina.
“Otras vez los fondos buitres” o “cuándo dejará de hablar de estas cosas en lugar de referirse a cuestiones más importantes”, fueron parte de las voces de quienes, indudablemente, ignoran que en estas negociaciones se está jugando el futuro del país y la asistencia a los sectores socialmente más vulnerables.
Ese run-run fue posible por la prédica que, dentro del país, llevaron a cabo durante estas semanas personas e instituciones que juegan a que el país explote, que una asonada popular eyecte de la Casa Rosada a la presidenta y que el caos generalizado les permita recuperar el terreno que utilizaban en tiempos de convivencia con administraciones más conservadoras y alejadas de los clamores populares.
El fallo increíble de un juez estadounidense debió ser bien explicado, en forma unánime, por todos los economistas argentinos y los medios de prensa con posición dominante. Debió decirse que era inédito, que favorecía a la especulación de verdaderos buitres y que ponía en peligro la atención de la salud, de la seguridad, de la educación, el pago de la Asignación Universal por Hijo o el de los jubilados.
Por el contrario, con un dejo de satisfacción, se lo trasmitió como una irresponsabilidad más del gobierno nacional. Que nadie tenga dudas que eso, por política barata o por extraños intereses, es jugar contra los intereses supremos de la Patria.
Los fondos buitres no asumen operaciones de altísimo riesgo. Compran bonos a países endeudados -como estaba el nuestro por créditos tomados en el pasado- y después ejercen el poder de lobby para incidir sobre jueces que fallen a su favor. Eso y no otra cosa ha ocurrido con este señor cara de piedra que, desde los Estados Unidos, hace peligrar a todos los habitantes de la Argentina.
Afortunadamente el reclamo argentino presentado ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York ha permitido la suspensión del fallo y ha abierto un canal de diálogo entre las partes. Argentina quiere pagar sus deudas, pero no al precio que pongan los carroñeros de las finanzas mundiales y los apátridas colaboradores que tienen dentro de las fronteras nacionales.
 

Comentarios

Otras Noticias