Apuntes del Secretario

lunes, 17 de diciembre de 2012 00:00
lunes, 17 de diciembre de 2012 00:00

Pasó la Convención de la UCR y quienes creen que “no pasó nada” se equivocan de punta a punta. Fue un claro triunfo de Oscar Castillo quien, avalado por el exgobernador Brizuela del Moral, dio otro paso en su armado electoral con vistas a las elecciones. ¿Qué es esto de triunfar en una reunión partidaria? Nada más y nada menos que reunir al máximo órgano deliberativo del Partido y que no haya protestas de ninguna naturaleza, como prácticamente no las hubo. El camino de la unidad y del entendimiento que se proclama, de este modo, queda para los titulares de los diarios y el silencio de los convencionales, por su lado, avala “los arreglos” sobre candidaturas que se discuten muy lejos de la Convención. Este tema es patrimonio exclusivo de Castillo y Brizuela del Moral. Ellos, a quienes no los une precisamente el amor, “van a repartir el naipe”, con algunas consultas puntuales a sus aliados más estrechos (Boggio, Agüero, Luna, Jalile, María Colombo, Quintar, Silva, Rubén Herrera, Vázquez Sastre, etc), con los cuales vienen usufrutuando el poder desde hace un cuarto de siglo. Cuando se vuelva a reunir la Convención -será hacia fines de enero, si las elecciones son efectivamente en marzo- tampoco habrá discusión: los convencionales simplemente refrendarán lo actuado por los jefes partidarios, de los cuales el presidente en ejercicio -“Coco” Quintar- es uno más. ¿Decidir todo no es acaso un triunfo?

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De modo tal que no solamente no hay internas dentro de la UCR. Tampoco hay discusión sobre las candidaturas. Así, las decisiones finales se tomarán en un círculo intimísimo. ¿Está bien o está mal la presente metodología en la que quedan al margen afiliados y convencionales? La verdad es que esta pregunta se responde con los resultados finales del proceso. Durante 25 años, a Castillo y a Brizuela les fue muy bien sin internas, sin discusión de los convencionales que consideran estériles, con una mesa chica, otra mesa política e inventos orientados a enterrar el debate. Que estas prácticas no tienen nada que ver con la democracia está claro, pero así y todo se aburrieron de ganar comicios y acostar al peronismo lugareño, el que únicamente consiguió triunfar cuando llegó el apoyo certero, visible y efectivo del gobierno nacional y la presidenta de la Nación. Así piensan Oscar y Eduardo: si nos fue bien, salvo una vez, para qué vamos a cambiar.

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Esta especie de “paz de los cementerios” que propone la UCR, sin embargo, es bien distinta de los tiempos en que tenía el poder. Entonces sobraban los recursos para ajustar hasta los mínimos detalles -incluso el destinado a fracturar a la oposición- y dejar conformes a todos los correligionarios. Hoy existe otro escenario. Por empezar hay que preguntarse si el arreglo Castillo-Brizuela del Moral se traslada a los dirigentes y a las bases populares a las que, por experiencia, no se las conforma con promesas a futuro. También es bueno consignar que en la Convención sabatina faltaron las voces de la llamada oposición interna. No estuvo presente Renato Gigantino, alguien que alguna vez se ganó una diputación por afuera de la UCR; tampoco se lo vio a José “Chichí” Sosa, quien estaría armando un partido provincial para luchar desde el interior; otro gran ausente fue el intendente de Andalgalá, Alejandro Páez, a quien los popes radicales le impidieron ser candidato a presidente del comité provincia; la presencia del MIRA (Movimiento de Integración Radical) hoy parece reducida al exintendente Gustavo Roque Jalile ya que ni al vocero habitual, el diputado Alfredo Gómez, se lo escuchó hablar. En síntesis: la Convención estuvo blindada por los partidarios de Brizuela y Castillo. Los demás faltaron y nadie apuesta un centavo a que se vayan a sumar al arreglo que vinieron combatiendo desde marzo de 2011, cuando pidieron autocrítica y pasos al costado de los mariscales de la derrota.

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Sobre las listas radicales hay pocas incógnitas. La “guardia vieja” pujará por las reelecciones eternas, pero el puesto que carcome los pensamientos de Castillo y Brizuela es determinar quién encabezará la lista de diputados provinciales, considerado como la vidriera de la oferta electoral. Hasta ahora la duda gira sobre si en ese lugar va a ir el propio Brizuela del Moral o el exintendente de la Capital, Ricardo Guzmán, o sea los mismos que conformaron la fórmula gubernamental que perdió en 2011. Uno de los problemas que se visualiza tendría que ver con el futuro. Cualquiera de los dos, una vez en sus bancas, pueden sufrir un desgaste político por las cargas que recibirán desde el peronismo. Aparte, en el caso de Brizuela peor, ya que se sabe que es un dirigente que habla muy poco y en la faz legislativa tiene una actuación muy pobre. Recordemos que fue senador nacional (2001-2003) y no se le recuerda ni una mínima participación en el Congreso.
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Aunque falta saber con precisión si en 2013 habrá una o dos convocatorias, lo cual tiene mucho que ver en la distribución de los cargos, hay dudas por el destino que podrían tener algunos disidentes del Frente Cívico que, tras la caída radical, se pasaron a filas del kirchnerismo. Son los casos de la diputada nacional Mariana Veaute o los diputados provinciales Raúl Guzmán y Cecilia Porta de Salas, quienes terminan su mandato a fines de 2013. Por lo que se comenta en los mentideros políticos pedirían ser incluidos en las listas de candidatos para el período 2013-2017, pero las chances de que tal cosa ocurra son limitadas. Dentro del núcleo duro del peronismo se los considera “traidores” y añaden que “quien traiciona una vez lo puede hacer tantas veces como sea necesario”. Por ello, lo más probable es que terminen cumpliendo alguna función no legislativa dentro del gobierno de Lucía Corpacci.

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No cayó para nada bien el escrache a que fue sometido por el diario catamarcaya el juez correccional Luis Varela. Como se sabe, fue filmado -junto a un grupo de conocidos- por una cámara oculta en instalaciones del Círculo de Obreros de Catamarca, durante una partida de naipes, actividad que se practica diariamente en una institución que promociona juegos en general (ajedrez, billar, cartas, etc). A ese lugar, durante todas las épocas, concurrió lo más granado de la sociedad catamarqueña a participar de entretenimientos que nada tienen que ver con “timbas” -como las del Casino o de los “bajos fondos”- que pueden deslucir o comprometer la actuación de un juez. De hecho, por lo que sabemos, el escrachado recibió innumerables muestras de solidaridad a partir de publicaciones que hizo el diario El Esquiú.com. Quienes pensaron en dañar a Varela, en realidad no hicieron más que fortalecerlo.

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Para hoy está programada una reunión del tribunal deontológico del Colegio Médico con el subsecretario de Salud Pública, doctor Oscar “Kelo” Brizuela, a los efectos de que éste último haga su descargo en torno a una acusación de la que fue objeto por parte de colegas médicos de la Maternidad Provincial. Se trata de una cuestión delicada en la que los profesionales están pidiendo poco menos que un absurdo, esto es, que se lo sancione a Brizuela por haber intentado averiguar -a través de sumarios- por la muerte de un bebé en la que están probadas notorias negligencias.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Como hacemos habitualmente, terminamos los “Apuntes…” recordando hechos relacionados con la política que ocurrieron en el pasado cercano. Un día como hoy, 18 de diciembre, pero de 1987, el gobernador Vicente Saadi ofrece una conferencia de prensa en la vieja residencia gubernamental de Las Pirquitas (Fray Mamerto Esquiú). Lo hace junto a empresarios de una delegación de la China nacionalista encabezada por el presidente de la empresa Kruger, Lan Lu. Se firmaron acuerdos de exploración y explotación minera por un valor de 1.000 millones de dólares. Días más tarde, Vicente recibe a una misión japonesa por el mismo motivo. Estas inversiones extrajeras, con el correr del tiempo, se vinieron abajo por discrepancias de la provincia con quien años después iba a asumir la presidencia de la Nación, Carlos Saúl Menem.

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También en diciembre de 1987 asumen funcionarios del nuevo gobierno de aquel entonces. Entre ellos Armando Cippitelli (subsecretario de Salud Pública), Alfredo Álvarez de Toledo (subsecretario de Asuntos Rurales), Eduardo Andrada (subsecretario de Planificación y Coordinación) y Horacio Buenader (subsecretario de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos). El 16, cabe destacarlo, se produjo el sepelio del doctor Luis Sánchez Ahumada, padre del exdiputado Pablo Sánchez y del exjuez Luis Sánchez. Fue un hombre de amplia trayectoria dentro del radicalismo. Fue velado en el comité provincial y sus restos fueron despedidos por el entonces presidente, el doctor Gabino Herrera. Sánchez Ahumada, además, fue presidente del Atlético Sarmiento y del Club Social “25 de Agosto”.
 

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