Hay buenas acciones para erradicar la violencia de género, pero pueden resultar insuficientes si no forman parte de un programa bien estructurado. Esta calamidad se suele dar con alarmante frecuencia en las relaciones de pareja y por el contexto emocional en el que crece, resulta más difícil hacerle frente y vencerla.
La creación de la línea gratuita 144 para víctimas de violencia de género que comenzará a funcionar en febrero del próximo año, es una buena noticia. Estará destinada a “dar contención, información y brindar asesoramiento sobre recursos existentes en materia de prevención de la violencia contra las mujeres y asistencia a quienes la padecen”, según anunció el Consejo Federal de las Mujeres. En Catamarca, estará a cargo de la Dirección de Mujer, Infancia y Familia, organismo que deberá asignar los profesionales capacitados para la atención de las mujeres que se comuniquen para denunciar un caso de violencia o solicitar asesoramiento de profesionales. Pero es necesario tener la certeza de que esta acción forma parte de un plan mayor.
Porque esta asistencia, como otras igualmente importantes para socorrer a quienes padecen esos atropellos ultrajantes, no pueden ser servicios aislados. Si se implementan por separado, sin coordinación, sin formar parte de un plan, pueden resultar insuficientes y en algunas situaciones, hasta perjudiciales.
Suele suceder que quien ejerce violencia en un hogar, es alguien que posee mayor capacidad económica. Esta realidad puede condicionar a la víctima, porque no tiene a dónde ir sola o con sus hijos. Por lo tanto, no sólo necesita ser escuchada, comprendida y contenida emocionalmente, sino también asistida materialmente. Por eso es fundamental contar con un hogar donde recibir a las víctimas, al menos durante la coyuntura. Un hogar con alojamiento, comida y protección. Un servicio de esas características demandará altos costos, pero será una inversión social muy importante. Además de otras acciones que, entrelazadas, aporten a la superación definitiva de este mal.