De interés social

sábado, 12 de enero de 2013 00:00
sábado, 12 de enero de 2013 00:00

En gran cantidad de ciudades de América Latina se están desarrollando tareas de preservación del patrimonio histórico urbano con diferentes resultados. Hay lugares que han incrementado su atractivo turístico por haber invertido importantes presupuestos en estas acciones.
Para que estos trabajos tengan éxito, se necesita que sean involucrados distintos actores sociales. En la medida en que quienes se benefician de la preservación coincidan con quienes la promueven, el proceso será más sostenible.
En nuestra edición de ayer dábamos cuenta del hallazgo histórico realizado por cuadrillas municipales en el centro de la ciudad capital, al encontrar debajo del pavimento actual el empedrado original de la ciudad que data de 1870 aproximadamente, mientras realizaban obras de sondeo para la construcción de los ductos del cableado. Como los técnicos de la obra tenían conocimiento de que se podía encontrar algún tipo de adoquinado antiguo, los trabajos se efectuaron con los cuidados necesarios. Desde la Municipalidad dijeron que van a hacer una recuperación histórica del mismo para poder apreciarlo y protegerlo, en un tramo en el que será peatonal y no tendrá circulación vehicular.
La tarea de preservar este patrimonio requiere incorporar en el proceso de valoración no sólo los puntos de vista de los especialistas en conservación sino también los de la comunidad, organizada en cámaras empresarias, centros vecinales u otras entidades. Asimismo, será necesario tomar en cuenta la opinión de economistas y especialistas en finanzas públicas que pueden analizar esta tarea desde perspectivas tan diversas como el desarrollo de empresas educativas, el turismo cultural y el uso más eficiente de los recursos públicos destinados a la preservación de estos bienes históricos.
Si por el contrario, esta tarea queda reducida a la visión y resolución de funcionarios municipales y profesionales especializados, los esfuerzos serán en vano.
Es ineludible que la comunidad participe con un sentido de pertenencia de este patrimonio común, para que lo aprecie y cuide.

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