La búsqueda de Ricardo Córdoba mantiene en vilo a gran parte de la comunidad provincial y el hecho motivó un debate acerca de las condiciones en las que los rescatistas salen a realizar esta riesgosa tarea. Todo indica que lo hacen sin los recursos adecuados.
Catamarca tiene montañas en el 70% de su territorio, lo que la torna atractiva para los escaladores locales, nacionales e internacionales, razón por la cual es una actividad cada vez mayor en nuestra provincia y sin embargo, para salir a buscar a Ricardo Córdoba, hubo una tardanza de más de cinco días para reunir la gente necesaria y hacer las gestiones para cruzar la cordillera. Es decir que la provincia no está preparada para abrir las puertas de las montañas, ya que no puede salir al rescate de los extraviados con la celeridad y el equipamiento necesarios.
Asimismo, el episodio motivó un debate de lo que sería la cobertura de costos de estas acciones que exigen grandes sumas de dinero. En otros lugares, hay legislación en la que se establece que estos gastos serán cubiertos por el o los accidentados, que podrán pagarlos con recursos propios o a través de un seguro.
Porque, ¿cuánto cuesta auxiliar a personas extraviadas en la alta montaña y de qué caja salen esas sumas? La legislación debería fijar una tasa para cubrir estos costos de operativos que se hicieron cada vez más frecuentes.
Estando Catamarca integrada a la región ATACALAR, seguramente será necesaria también una coordinación legislativa, teniendo en cuenta que las montañas elegidas para escalar se encuentran en zonas limítrofes y por lo tanto las acciones de rescate pueden ser conjuntas entre Estados provinciales y/o de ambos países.
Es importante rescatar a los que se pierden en la montaña, pero cuidando a los rescatistas y asegurando una cobertura económica de estos gastos. Hasta que estén dadas las condiciones, quizás habría que limitar el montañismo.