Editorial

Paz

domingo, 27 de enero de 2013 00:00
domingo, 27 de enero de 2013 00:00

Hay un significativo número de denuncias por malos tratos en comisarías de Catamarca. No podemos dar por hecho que tienen fundamento, porque ha de haber falsas acusaciones, pero habiendo tantas, es un deber prestarles atención.
Si quienes denuncian a las fuerzas de seguridad son delincuentes que con su accionar molestan y dañan a personas y familias, una línea de pensamiento pide que no haya ningún tipo de consideración hacia ellos, razón por la cual justifican que pudiera haber violencia policial. Otra línea de pensamiento tiende a la búsqueda de soluciones de fondo que erradiquen la violencia de un lado y del otro. Porque no cree que con la violencia policial los malhechores dejen de delinquir y que por lo tanto queda solucionado socialmente el problema.
El uso excesivo de fuerza física, ataques verbales y amenazas por parte de policías o de guardia cárceles suele darse aún cuando haya integrantes de las fuerzas que no quieren hacerlo, porque estas situaciones forman parte de una “cultura policial” que algunos sectores de la sociedad convalidan. El hecho de que esté tan enraizada dificulta la reflexión para buscar otros caminos, porque si consideran que así debe ser, no permiten ningún intento de cambio de estas prácticas.
Las personas que denuncian violencia policial no siempre son delincuentes. Pero aún si todos lo fueran, debiéramos pensar quiénes son a quienes catalogamos así. Hay categorías de delincuentes. Los de guante blanco que nunca sufrirán la brutalidad policial –porque roban o matan amparados por alguna forma de poder- y los comunes que aprendieron a delinquir en algún submundo de necesidades económicas o afectivas. El hambre, el desempleo, la falta de acceso a la salud y a la educación, la arbitrariedad del poder, son realidades de violencia que engendran impotencia y malos hábitos.
La solución de fondo es compleja y debe orientarse a que todos los padres puedan trabajar y reunir a sus hijos alrededor de la mesa familiar.
 

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