Apuntes del Secretario

lunes, 28 de enero de 2013 00:00
lunes, 28 de enero de 2013 00:00

El traslado de las elecciones de marzo a octubre, como lo dijimos al momento del anuncio, podía traer complicaciones a la UCR. Así nomás fue. Para el primer turno electoral digamos que todo, o gran parte, estaba preparado. Había acuerdos con figuras nacionales de peso, como Mauricio Macri (no en vano aterrizó en Catamarca en noviembre de 2012) y, por detrás de él, Luis Barrionuevo; la cuestión económica estaba resuelta por esa vía; y, lo peor de todo, ningún sector tenía chances de reclamar internas para los cargos electivos por que las fechas no otorgaban margen de tiempo para hacerlo. Ahora, como puede apreciarse por las declaraciones de varios dirigentes de los últimos días, el panorama ha cambiado. Sobra tiempo, si hay voluntad de hacerlo, para programar comicios domésticos. El dato no es menor. La conducción provincial, siguiendo el discurso de Amado David “Coco” Quintar, se ha quedado sin argumentos para negar una petición que está contemplada por la propia Carta Orgánica del Partido y que, necesariamente, tiene que ser resuelta por la Convención. ¿Cómo hace ahora el cuerpo deliberativo para negar un pedido de internas? Por lo menos se trata de algo complicado y difícil de resolver. No se le puede decir a quien pretenda un cargo y lo quiera dirimir por el voto de los afiliados que va a quedarse a fuera porque, en razón que el gobierno puede inmiscuirse, las internas “no son convenientes”, que es el discurso que Oscar Castillo repite hasta el cansancio. En tal caso, habilita al damnificado a obrar como se le antoje.

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Si bien es cierto que es muy difícil rebatir argumentos de dirigentes que quieren ir a la disputa por los cargos, también lo es que Castillo algunas razones tiene. Aparte, lo sabe por experiencia. Durante los interminables años de mandato radical, el gobierno jugaba adentro de la interna justicialista y prácticamente nunca lo dejó armar una propuesta electoral tranquila. Siempre había alguien que terminaba dividiendo (con el auspicio oficial desde las sombras) e iba por afuera, con resultados favorables -por ese motivo- para el Frente Cívico. Sucedió con el Frente de la Esperanza que, en 1991, armó el interventor Prol para que no volviera a ganar Ramón Saadi y consiguió imponer nada menos que seis diputados provinciales: Luis Sarmiento, Genaro Collantes, Alicia Inés Sarquís, Ana María Aguilera, Miguel Haarcher y Juan Carlos Codigoni; sucedió con Mario Fadel y aliados en el ‘95, que fue y ganó una diputación nacional al margen de la estructura partidaria; sucedió antes, en el ‘93, cuando el Partido de Unidad Catamarqueña (PUC) consagró diputado a Pedro Casas y la Opción Provincial al doctor Néstor Retamozo; sucedió con la Independencia Federal de Luis Barrionuevo en 2001, cuando logró ocupar una banca el fallecido Daniel García y sucedió con el propio Saadi, que fue con el MAP (Movimiento de Afirmación Popular) en 2007, y logró una cosecha de votos que le posibilitó las bancas de Oscar Ramón Garbe y Pilar Kent de Saadi. En todos esos casos, la “ayudita” salió de Casa de Gobierno o de alguna fundación radical con “filantrópicos” intereses.

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Pensado o no, el movimiento de llevar las elecciones provinciales a octubre ha complicado lo que pensaba y había dispuesto la UCR. No sabemos si el gobierno provincial se meterá en el perverso juego al que sometieron al peronismo y al mismo Frente para la Victoria (recordar elección 2009), pero sin que ello ocurra hay mucho más margen que antes para las fragmentaciones opositoras. Es que en casi todos los pueblos del interior existen especulaciones sobre la elección de octubre. Si se convoca a internas hay planes, hasta el punto de conformar una coalición y armar listas en los once departamentos que demanda la Carta Orgánica reformada por la dupla Castillo-Brizuela del Moral. Y si no hay internas igualmente hay planes -o anhelos- que amenazan con quebrar la armonía que, con mucho esfuerzo, los popes partidarios habían logrado pensando que las elecciones se iban a efectivizar en marzo. Otro punto a tener en cuenta, tan difícil como el anterior y sobre el que más ampliamente volveremos, es el de la recomposición del Frente Cívico. De esto se habla poco pero, según comentan varios que frecuentan los pasillos comiteriles, puede convertirse en un parto peor que armar las listas por consenso.

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En el tema del Frente Cívico estuvo trabajando la semana que pasó Eduardo Brizuela del Moral y, a fuerza de ser sinceros, no le fue bien. Lo positivo es que hizo una reunión con dirigentes, en la que pidió que salgan a defender su gestión. Lo negativo es que, casi inmediatamente, surgieron voces críticas sobre la representatividad de los interlocutores del exgobernador. Por empezar, hubo dos partidos nacionales (el Popular y el Celeste y Blanco), que ratificaron que van a negociar volver al Frente Cívico. Quieren reglas claras y que el radicalismo no se quede con la totalidad de los cargos. En caso contrario, podrían ser ellos los que estructuren el Frente Cívico y dejen de lado a la UCR. ¿Alguien pudo imaginar, aunque sea en algún sueño, que podría surgir un planteo de esta naturaleza? Nadie seguramente, pero a este punto hemos llegado. Aparte, como Brizuela se reunió con Movilización, el Socialismo y el Peronismo Disidente, de cada uno de esos sectores llovieron las recriminaciones y las críticas de otros que, a su vez, no habrían sido invitados. Respecto a Movilización, más allá de ser un nombre importante en la constelación de partidos políticos catamarqueños, se entiende que electoralmente aporta poco y, hoy, apenas puede mostrar las figuras del concejal Simón Hernández y del diputado Andraca, quienes no han podido mantener la estructura de otras épocas. Del Socialismo se habló con Carmen Verón, a quien Brizuela hizo diputada por dos mandatos, pero viene de perder la interna con Figueroa y del Peronismo Disidente, que anuncian participó de la reunión, cuesta imaginar quiénes son. ¿Mario Marcolli? ¿Camilo Marenco? ¿Juan Carlos Balverdi? Más allá de sus personas, dudamos que puedan atraer “para el radicalismo en la calle votos del peronismo en el gobierno”.

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La fundación CreSienDO, que fue una de las organizadoras del Telebingo Catamarqueño, dio a conocer recientemente un comunicado de prensa que se publicó en El Esquiú.com y La Unión, en el cual da detalles generales de su conformación y participación en el juego que lanzó a fines de diciembre la Caja de Prestaciones Sociales de Catamarca (CAPRESCA). Efectivamente es así. Aparte de anunciar quiénes son sus autoridades, indica claramente dónde funciona la fundación, cómo y para qué fue CREADA y, aclara, que está abierta a cualquier tipo de consulta. Sin que exista precisión matemática, bien podemos decir que las explicaciones de CreSienDo se compadecen con las que, en su momento, supo dar esta columna y las que, de haber necesidad, repetiremos y ampliaremos. Como siempre, será para una mejor comprensión de los lectores.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Como lo hacemos habitualmente, terminamos los “Apuntes…” del día de la fecha con los recuerdos de hechos que sucedieron hace 25 años atrás. Veamos algunos de ellos.
En los años 80 eran muy distintos a hoy los reclamos o las medidas de fuerza. Normalmente se ejecutaban a través de paro de actividades o de brazos caídos. Cuando mucho una movilización. No existían los piquetes, los cacerolazos, los cortes. Sin embargo, un 28 de enero de 1988 se produjo un corte de tránsito y obstaculización de la ruta 38, a la altura del Pantanillo, inédito para la época. La medida formó parte del plan de lucha que llevaba adelante el Sindicato de Vialidad Nacional por reclamos salariales. Intervino en el novedoso hecho el entonces juez federal, el extinto Efraín Rosales, y se produjeron nada menos que 21 detenciones. Tras 24 horas de trámites y presentaciones de los abogados, los detenidos declararon y fueron puestos en libertad.

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También en aquel verano del ‘88 se produjeron tormentas como, para bien o para mal, no existen hoy en día por los cambios climáticos. Las crónicas de la época dan cuenta de numerosos anegamientos, rotura de calles y la inundación del barrio Virgen del Valle, un conglomerado habitacional que, sin el más mínimo orden o patrón urbanístico, se levantó detrás del actual cementerio municipal. Se produjeron escenas dramáticas por el avance de las aguas, las que duraron varios días. Hasta la fecha, aquellos problemas del 88 -en el conglomerado del sur capitalino- no han sido solucionados. Allí, una tormenta de medianas dimensiones, provoca en 2013 un desastre.
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El presidente de la Federación de Clínicas y Sanatorios Privados de Catamarca (FECLISA), doctor Guillermo Soria, lanza un alarma sobre el sistema de salud a fines de enero de 1988. Dice lo siguiente: “Estamos en una situación caótica, prácticamente al borde de la quiebra. Hemos decretado el estado de emergencia, alerta y sesión permanente. Pedimos aumento de aranceles de emergencia y pago inmediato de lo adeudado, junto a un coseguro de salud acorde, práctico y, en definitiva, probable”. Como puede verse, desde siempre hubo problemas con la salud. Además de Soria, integraban la FECLISA 88 José Guido Jalil (vicepresidente), el doctor Carlos Salli Musri; la señora Lucía Colla de Avalos; el doctor Juan Carlos Juárez; el señor Ramón Héctor Acosta, el asesor jurídico Francisco Guzmán Rodríguez y el asesor contable Luis Eduardo Manfrotto.
 

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