Apuntes del Secretario

miércoles, 30 de enero de 2013 00:00
miércoles, 30 de enero de 2013 00:00

Mañana viernes comienza la actividad judicial a pleno tras la feria de enero. Los miembros de la Corte de Justicia, que seguramente tendrán un 2013 agitado, en el mismo arranque se verán enfrentados a una causa penal que los involucra y está en camino de debatirse en juicio oral y público. Se trata de un polémico expediente que se inició a partir de una protesta por parte de los integrantes de FAVIATCA (Familiares y Amigos de Víctimas de Accidentes de Tránsito de Catamarca), llevada a cabo el 24 de noviembre de 2010. En ese momento, los manifestantes, que mantienen una férrea lucha para que se agraven las condenas por homicidios culposos a causa de accidentes de circulación, arrojaron huevazos al entonces presidente de la Corte, José “Pepe” Cáceres, y mantuvieron sitiada a la Corte, por lo cual los demás miembros del Tribunal tuvieron que salir del edificio bajo fuerte custodia policial. El incidente no pasó a mayores, pero fue el puntapié inicial para que la Corte bajara la orden a los fiscales de instrucción de iniciar una causa penal contra Julio César Sánchez Reynoso, una de las caras visibles de la organización que, justamente, comenzó a tomar forma cuando su hijo murió atropellado por Esteban Casas -en una triste madrugada de febrero de 2004-, cuando este último, con alcohol en sangre, conducía por la ruta 33.

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La causa penal avanzó con la declaración de varios testigos, entre ellos el superintendente de la Corte de Justicia, Lucas Taddeo, y la secretaria Penal del organismo, María Fernanda Vian. Sánchez Reynoso y compañía fueron imputados por privación ilegítima de la libertad. El año pasado la causa fue elevada a juicio oral en tiempo récord. Un hecho llamativo es que el decreto está firmado por tres fiscales –algo inédito, ya que generalmente las causas penales menores como ésta las suele firmar uno solo-. El expediente cayó en el juzgado de Luis Mario Varela, quien se excusó de intervenir por considerar que hay una enemistad manifiesta con los integrantes de FAVIATCA, que consideran al magistrado demasiado benévolo con los imputados por homicidio culposo. Por lo que el expediente pasó al juez Marcelo Forner. Esto generó inquietud en la Corte, ya que la relación de Forner con el máximo Tribunal siempre fue tirante y los cortesanos pretendían que también se apartara y, para resolver el caso, se acudiera al listado de conjueces. Forner, sin embargo, avanzó en el trámite de la causa y abrió el período de pruebas para que las partes aportaran los elementos que están dentro del expediente y que serán debatidos en el juicio oral, que se estima se realizará dentro del presente año.

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La vuelta a las actividades de la Justicia llegará marcada por algo que ocurrió en pleno enero y que sintetizó un nuevo roce entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. El ministro de Gobierno, a través de una nota, pidió interrumpir la feria para tratar los reclamos ciudadanos que se realizaron en las ciudades de Andalgalá y Santa María, donde la gente clama por mayor seguridad y una más celosa presencia de la Justicia. Nada es que el pedido fue virtualmente ignorado, sino que el titular del Tribunal, el juez Cáceres, se refirió despectivamente a la calidad de la nota en cuanto a sintaxis y errores de ortografía. En esto, hay que decirlo, tuvo razón. No puede salir una nota desde el ministerio con semejante nivel de torpeza. En más, esta Justicia no está dispuesta a resolver situaciones conflictivas. ¡Mucho menos en vacaciones !

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El Festival Nacional de El Fuerte se consolidó, la semana anterior, como una de las principales realizaciones de la cultura y dejó conformes a la mayoría de los andalgalenses. La edición XXXVII presentó una cartelera artística de primera y la asistencia de público a las instalaciones del Club Tiro Federal y Gimnasia puede considerarse récord. Se calcula que en la noche inaugural hubo 3.000 presencias, 7.000 en la siguiente, 9.000 en la noche del sábado y más de 11.000 en el cierre dominical. La sonrisa amplia en el rostro del intendente Alejandro Páez fue el reflejo de un verdadero éxito. Fueron cuatro días de júbilo y merece ser destacado el hecho de que, con semejante despliegue de gente, no se produjeron ni incidentes ni accidentes que lamentar. El operativo de seguridad fue llevado adelante por los comisarios inspectores de la Regional 4 de la ciudad de Andalgalá, Raúl Ponce y Rolando Contreras, quienes con el concurso de los efectivos de la jurisdicción (fueron apoyados por 23 personas de una empresa de seguridad que se encargó del control de porterías) pudieron llegar a un honroso resultado. La crónica del lunes post festival fue por demás elocuente: tres demorados por exceso de alcohol.

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El comportamiento del público fue perfecto y, sobre el particular, hay que reconocer que había temores fundados. Lógico. Andalgalá tiene actualmente un tejido social fracturado entre promineros y antimineros, aunque cada vez sean menos. Felizmente no pasó nada y todos compartieron, como en los viejos tiempos, un espectáculo de alto nivel. Por supuesto, no faltaron condimentos políticos casi inevitables. Algunos de ellos se expresaron en la revista “Cronista Municipal”, orientada por el jefe comunal y que ofrecía datos de su gestión y la obra pública. Brillaron por su ausencia los funcionarios provinciales. Apenas se vio a alguno de ellos entre el público, no obstante lo cual en la noche del domingo se repartieron entre el gentío unas 3.000 revistas “Tiempo de Crecer”, que da cuenta de la gestión de Lucía Corpacci. Al mismo tiempo, en el escenario mayor de Cosquín, se destacaba a la mandataria por el envío de una nutrida representación artística de Catamarca.

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Los discursos y la actuación del reconocido León Gieco no pueden desvincularse de la política. Alejandro Páez, en la noche inaugural, proclamó que El Fuerte es “el festival de todos” y “ciento por ciento andalgalense”, en alusión esto último a que el personal de la organización fue enteramente local y las cosas que se ofrecieron se habían producido en “La Perla”. Añadió que Andalgalá puede vivir en “paz”, para lo cual hizo una relación con su apellido “Páez”. La “perlita” ideológica estuvo a cargo de León Gieco. Pidió desde el escenario mayor “apoyar a la presidenta Cristina” y ofreció detalles del canal estatal Crecer. También habló de la gestión del riojano Carlos Menem, a la que consideró corrupta, y estimó que el boliviano Evo Morales es el mejor presidente de América Latina. No se quedó en eso. Repudió la sangrienta represión de los ‘70 y apoyó la protesta ambientalista de Andalgalá, pero aclaro que la presidenta es “prominera”. Como puede verse, “el león” de los escenarios no se priva de nada. Canta lindo y dice cosas como ningún otro.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Como lo hacemos los jueves, domingo y martes, terminamos los “Apuntes….” con referencias políticas del pasado comparables con la actualidad y de las que pueden haber participado personajes que hasta el día de hoy tienen vigencia.
El último día de enero de 1988 fue importante para el radicalismo nacional. El gobernador cordobés Eduardo César Angeloz y el excandidato a gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel Casella (venía de perder con Antonio Cafiero el 6 de septiembre de 1987, el mismo día que en Catamarca se consagró gobernador don Vicente Saadi), le comunican al doctor Raúl Alfonsín que aceptan ser los candidatos de la UCR para las elecciones presidenciales de 1989. La noticia se da a conocer durante una cena que se desarrolló en el domicilio del titular alterno de la Cámara de Senadores de la Nación, Edison Otero, en la ciudad de Avellaneda, y que contó con la presencia del expresidente de la Nación. Fue un hecho trascendental para la vida política argentina que, en aquel momento, se debatía en medio de las mayores incertidumbres por la evolución de la inflación y la inestabilidad institucional. La fórmula Angeloz-Casella iba a perder 15 meses después -el 14 de mayo de 1989- frente a la peronista Menem-Duhalde, en una instancia que prácticamente sepultó al radicalismo nacional. Si bien se recuperó en 1999, hay que aclarar que lo hizo en una alianza con el FREPASO, en aquel entonces de neta raigambre peronista.

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El poderoso gremio mercantil pide hacia finales de enero de 1988 un aumento del 35%. Aduce que es el porcentaje que permite a los salarios “seguir el ritmo de la inflación”. Se desarrollaba en aquel instante la paritaria del sector y discutía con el ministro del gobierno alfonsinista, Ideler Tonelli, el secretario general Armando “Gitano” Cavalieri, quien todavía permanece en el cargo y sigue discutiendo, año a año, en paritarias. En realidad la gran mayoría de los jefes sindicales de hace 25 años atrás siguen aferrados a sus cargos.

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