Respeto

miércoles, 30 de enero de 2013 00:00
miércoles, 30 de enero de 2013 00:00

Ayer la comunidad cristiana se ha visto acongojada por la dolorosa noticia del sacrilegio sufrido ante el robo de la Custodia y Sagrario destinado a la adoración permanente con el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Nuestro Señor Jesucristo, en la capilla de calle Maipú al 700.
No sólo los cristianos que creen firmemente que en la Hostia Consagrada se encuentra el Hijo de Dios en cuerpo, sangre, alma y divinidad, sufrieron al conocer este grave hecho. Personas que no comparten esta fe, pero respetan a quienes la tienen, también lamentaron este atropello.
El sacrilegio es para las diferentes religiones uno de los actos más deshonrosos y graves que una persona puede cometer. Esto es así ya que significa el no respeto y la no valoración de la importancia que determinados símbolos o figuras religiosas tienen para quienes profesan esa fe. Al momento de escribir estas líneas no se sabía quién lo hizo ni por qué. Quizás el autor, autora o autores no tuvieron intención de cometer sacrilegio porque sólo les interesaba hacerse de un objeto de valor material. Pero también es posible que el robo se haya cometido aún sabiendo que era un sacrilegio y hasta con ánimo de perpetrarlo.
El Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanč, expresó la esperanza de que las Hostias Consagradas sean devueltas sobre el altar de algún templo o en manos de una persona responsable, lo que puede suceder si quien o quienes se llevaron la Custodia con la Eucaristía advierten la gravedad del hecho y se arrepienten.
Mientras tanto, sacerdotes y laicos de distintas comunidades comenzaron a expresar manifestaciones públicas de reparación y desagravio. No se trata de que un gran porcentaje de catamarqueños sea católico, porque igualmente reprochable sería si el atropello se cometiese contra algo sagrado de cualquier otro culto. La cuestión es respetar a los demás y a lo que los demás tienen como lo más elevado en razón de su fe.

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