Valiosas, pero insuficientes

lunes, 14 de octubre de 2013 00:00
lunes, 14 de octubre de 2013 00:00

El 15 de octubre de 2011 se realizó la movilización mundial conocida por las siglas 15-O, constituida por un conjunto de protestas pacíficas que tuvieron lugar en 1051 ciudades de 90 países. Fueron pensadas y promovidas desde un sitio web de España denominado “¡Democracia Real YA! No somos mercancías en manos de políticos y banqueros”, acompañadas por otros sectores sociales como el movimiento “Occupy Wall Street”. Estas iniciativas se propagaron rápidamente a través de internet, principalmente por la red social Twitter, y las reflejaron profusamente en sus segmentos de noticias los tradicionales medios de comunicación.
Si bien los promotores de esas iniciativas siguen luchando y afirman que: “desde entonces, la revolución no hecho más que crecer”, observamos que sus efectos contrastan con el fuerte impacto que en esos momentos causaron. “Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría. Hay que poner fin a esto!”, anunciaron los organizadores de estas expresiones públicas al convocar para hoy a “#HuelgaSocial. Lanzamiento de la campaña #Socialstrike con acciones descentralizadas” y para el sábado próximo, con estas consignas: “#tomalacalle Manifestación Global. Nos encontraremos en las calles para poner en marcha el cambio global que queremos. Nos manifestaremos y nos organizaremos hasta lograrlo. Es hora de que nos escuchen”.
Dichas protestas pretenden llamar la atención de poderosos economistas y políticos a los que se acusa de actuar en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría. Los destinatarios de esas quejas seguramente prestarán atención a esas manifestaciones, pero sólo para buscar la forma de neutralizarlas. Por esa razón si bien son importantes, en sí mismas resultan insuficientes si no van acompañadas de otras acciones generadoras de conciencia, de modo que logren mellar las prácticamente invencibles corazas de esos poderes.
Los grandes cambios sociales sólo pueden ser posibles con una mayor participación ciudadana. De lo contrario, las grandes expectativas transmutarán en graves frustraciones.

Comentarios

Otras Noticias