Con el fin de ejemplificar un concepto de sus teorías, el filósofo inglés Francis Bacon escribió un relato del cual se extrajo una frase muy usada: Mahoma convenció a sus seguidores de que a una orden suya se le iba a acercar una montaña desde la cual predicaría. La muchedumbre se reunió, Mahoma llamó una y otra vez a la montaña y cuando ésta no se movió de su lugar, el profeta dijo: “Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña”. Obviamente la idea apunta a que si las cosas no se dan de la forma en que las planificamos, deberemos esforzarnos más para obtener el resultado deseado. Aplicaremos este ejemplo para analizar la 10º Feria del Libro realizada durante casi una semana y que concluyó el domingo último.
Podemos felicitar a la Secretaría de Cultura, su organizadora, porque hubo muy buenas propuestas: excelentes disertantes y panelistas, eventos artísticos de alto nivel, encuentros literarios y un sinnúmero de exquisitas actividades dignas de elogio. Pero también debemos repetir lo dicho el año pasado, cuando concluyó la 9º edición: El esfuerzo fue enorme para tan escasa respuesta.
Cuando se trata de ofertas culturales que gozan de gran popularidad, como la Fiesta del Poncho, las instalaciones del Predio Ferial hasta pueden resultar chicas y nadie se queja de la distancia. Pero como a un alto porcentaje de la población la programación de la Feria del Libro no le atrae mayormente, o por desconocerla no se acercan, es indispensable salir al encuentro de diferentes sectores. Quizás con antelación se deban realizar encuentros con colegios profesionales, centros vecinales, entidades intermedias, además de visitar escuelas, para publicitarla. Y realizarla con carpas en la Plaza 25 de Mayo o La Alameda, acercándola más al público, ya que ambos espacios cuentan con edificios aledaños donde se pueden sumar actividades. Habrá que revisar estrategias para que tanto esfuerzo sea más aprovechado.