Columna política

martes, 22 de octubre de 2013 00:00
martes, 22 de octubre de 2013 00:00

Una denuncia penal que hasta el momento sólo quedó en eso, sacó a relucir un tema sobre el que se habla muy poco, y que es el juego clandestino en Catamarca. Una actividad que se viene realizando desde hace años y que mueve cifras de dinero cada vez más importantes, sobre lo que no existe ningún tipo de control. Es dinero negro sobre el que no se paga ningún tipo de impuesto y que se realiza por fuera de cualquier tipo de control del Estado, que como con toda actividad lúdica, debe percibir tasas que luego pueda volcar al sostén, por ejemplo, de la asistencia social, salud, seguridad; etc.

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Lo que se sabe, según la denuncia, es que hay mesas de juego que se organizan en las redes sociales (facebook) -antes las invitaciones eran de boca en boca, lo que permitía un alto nivel de discreción- y que se pagan cifras importantes para participar. Las apuestas llegan a varios miles de pesos y, en algunos casos, en moneda extranjera. Hay, en torno al juego, una actividad altamente lucrativa, que hasta el momento manejaban unos pocos. Fuentes de la Justicia confiaron que es poco lo que se puede hacer. En general las reuniones se realizan en lugares privados, íntimos, donde el control se hace prácticamente imposible.

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Ahora bien, la denuncia penal que se realizó, más que buscar el bien común y alertar a las autoridades de una práctica ilícita para que se tomaran todas las medidas del caso, tenía aparentemente la clara intención de eliminar a un “competidor”. Es que el negocio detrás del juego clandestino, insistimos, es sumamente jugoso.
Las autoridades debieran mantenerse alertas, porque hasta el momento sólo se produjo una denuncia penal. Pero como en toda práctica ilícita, la competencia desleal puede desencadenar en ajustes de cuentas violentos si quienes se ven perjudicados pretenden continuar manejando cierta exclusividad en el juego clandestino.

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