Las deliberaciones de los dirigentes radicales preanuncian que no habrá internas, idea que se mantiene inalterable desde que Castillo y Brizuela del Moral sellaron un acuerdo que, presumiblemente, se va a cumplir. Así estaban las cosas para marzo e inclusive había discurso para sustentar tal postura: no se podía llamar a internas sin certeza electoral. Como finalmente se vota en octubre, por argumentación contraria, se abrió un amplio espacio de tiempo para dar las elecciones que marca la Carta Orgánica. Sin embargo, ya se han consumido casi tres meses y no hay voluntad alguna para modificar el pensamiento inicial. Opiniones como las del auditor Horacio Pernasetti son reveladoras del pensamiento castillista. “Creo que hay que definir otros temas antes, estrategias globales en un año electoral y no sólo pensar en una interna para concejales y diputados provinciales”, señaló quien históricamente ha estado bajo el ala de Oscar.

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Por supuesto que el juego de dilatar hasta que vuelva a faltar tiempo “para convocar”, como bien lo hace Pernasetti, se conoce a fondo dentro de la UCR. Y los que mejor conocen son los anticastillistas y antibrizuelistas quienes, por lo que se sabe, ya habrían resuelto buscar alternativas por afuera de la estructura partidaria, de la que amablemente fueron “invitados” a retirarse por el diputado Giné (“al que no le guste debe buscar otro espacio”, supo decir), otro conspicuo soldado de Castillo.

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Algo de esto podría tratarse en el encuentro que sostendrá mañana la CPR del diputado José “Chichí” Sosa. Uno de sus principales colaboradores, con larga trayectoria dentro del Partido, nos pintó claramente el panorama: “Lo de la interna es un verso total…..no entregarán ni las migajas”. A partir de ese convencimiento se buscaría una formación electoral con base radical que participe en la elección de concejales, senadores y diputados nacionales en toda la provincia. Lo tomemos como vaticinio: en octubre habrá una UCR bis en las elecciones.