En variadas versiones que circulan acerca de quiénes están detrás de precoces delincuentes o de chicos que mendigan en la vía pública, se señala no sólo a los padres de los menores, sino también a grupos organizados que estarían integrados por personas con distintos roles en la sociedad, desde policías a funcionarios, como profesionales y empresarios. Los relatos, que al pasar de boca en boca van variando en datos, indican que para tentarlos a la acción delictiva se les ofrece drogas y dinero. Aunque las versiones pueden ser desestimadas en gran parte porque tienen mucho de fabulaciones, algunos hechos que involucran a niños y jóvenes muestran que sí podrían ser objeto de una forma de “Trata laboral” que requiere de una investigación y una acción.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Ministerio del Trabajo de la Nación días pasados suscribieron un convenio que plasma una estrategia de prevención y erradicación del delito de trata de personas con finalidades de explotación laboral.
El trabajo forzoso, las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre doméstica y la promoción de la mendicidad son categorías que identifican y visibilizan esa “Trata laboral”.
Mandatarios de provincias vitivinícolas se reunieron ayer en San Juan y además de abordar temas relacionados con ese sector productivo habrían hablado de implementar un plan para erradicar la “Trata laboral” en la región. La gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci, sumaría su aporte para que se puedan identificar los casos de trata de personas en nuestro territorio, procurando definir los factores de riesgo y ocasiones de este tipo de explotación.
Las provincias promoverían una capacitación para identificar, tramitar y remitir los casos de trata de personas con fines de explotación laboral, como también proteger los derechos de los afectados.
Esas prácticas -que pueden darse tanto en una vendimia como en otras actividades- deben eliminarse definitivamente, con creación de conciencia y sanciones efectivas.