Pequeña violencia

martes, 5 de febrero de 2013 00:00
martes, 5 de febrero de 2013 00:00

Que un grupo de vecinos del barrio Parque La Gruta haya tomado la determinación de anular una calle para impedir el paso de unidades de transporte es un hecho que necesariamente debe llamar la atención de los funcionarios responsables que hasta el momento no supieron dar una respuesta a un reclamo que lleva meses. Los vecinos se sienten molestos porque además de las consecuencias habituales del paso de los colectivos por una calle sin asfalto, afirman que la estructura de sus viviendas se vio afectada por las vibraciones del tránsito pesado, lo que consideran que se vería atenuado de contar con una calle en condiciones.
Pero nada se hizo en el lugar para tratar de determinar si el daño que refieren los vecinos es tal, si es provocado por las líneas de colectivos y, cualquiera fueran las conclusiones, accionar en forma consecuente. Lejos de ellos, los vecinos peregrinaron hasta el hartazgo y concluyeron en que la forma de atraer la atención y posibles soluciones es cortar la calle para evitar el tránsito vehicular por el lugar.
Aunque parezca exagerada la afirmación, la interrupción representa un hecho de violencia, pequeño, pero violencia al fin, ya que vulnera derechos de muchos otros ciudadanos de la zona, como así también de las empresas de transporte, que deben alterar sus recorridos ante el piquete que montaron los vecinos. La reacción más inmediata, que sería despejar el bloqueo, podría acarrear más reacciones negativas por parte de los vecinos si es que no viene acompañada de una respuesta al reclamo.
La gobernadora Lucía Corpacci, días atrás en Santa María, advirtió que los reclamos de la gente no deben caer en saco roto. Cualquier inquietud de cualquier vecino debiera tener una respuesta. Ignorarlos es el tipo de actitudes que generan pequeños focos de violencia que luego pueden pasar a tener consecuencias mayores.

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