La lucha continúa

miércoles, 6 de febrero de 2013 00:00
miércoles, 6 de febrero de 2013 00:00

Han pasado 180 años de la usurpación de las Islas Malvinas por parte del Reino Unido y nada ha cambiado en los sentimientos nacionales. Ni siquiera un siglo, y otro más que se completará en 2033, han servido para modificar en un ápice las posiciones argentinas sobre las heladas islas del Atlántico Sur. Pertenecieron y pertenecen a la Nación que forjaron San Martín, Belgrano y los que frenaron los ímpetus ingleses en 1806 y 1807.
Ni la fuerza bélica para garantizar el colonialismo, ni la cruenta guerra de 1982, ni las amenazas que surgen de la lejana tierra de Margaret Thatcher -aquella dama que tiñó con sangre el celeste mar argentino- o la que han realizado recientemente los habitantes kelper de Malvinas cuando señalaron que “los argentinos llegarán primero a la luna antes que a las Falklands”, han cambiado las convicciones.
Cualquiera sea el gobierno argentino, invariablemente, debe saber que a la hora de discutir la soberanía argentina no se puede retroceder ni un centímetro. Es que Malvinas es, sin duda alguna, el máximo sentimiento de Patria que impera en los corazones de América. Por ello celebramos la lucha que ha encarado la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, la que en cada foro internacional viene reclamando por el cumplimiento de resoluciones de Naciones Unidas a favor del país.
La lucha encarada por la Argentina tuvo plena ratificación esta semana en la propia capital londinense, adonde llegó la delegación argentina encabezada por el canciller Héctor Timerman para decirle a los periodistas que “ningún país del mundo apoya las posiciones británicas sobre las Islas” y que tiene que darse, necesariamente, el diálogo para terminar con esta incomprensión del siglo XXI que un país europeo se considere dueño de un territorio ultramarino ubicado a 14.000 kilómetros de distancia.
La sentencia final del canciller nos exime de mayores comentarios: “Naciones Unidas dice que hay un conflicto entre el Reino Unido y Argentina. Yo no tengo que convencer a nadie. Nos hemos acogido a las leyes internacionales y aceptamos sus resoluciones, si no las Nacionales Unidas se convierten en un cuerpo solo útil cuando apoya a los poderosos”.
El mensaje, claramente dirigido a los isleños, está indicando que por encima de cualquier especulación (inclusive la económica, teniendo en cuenta las reservas petrolíferas y los recursos naturales) está el derecho internacional y, por vías pacíficas, Argentina reclama lo que le pertenece.
Lo dijimos más de una vez. Las Islas Malvinas son el más arraigado sentimiento nacional. Ojalá antes que se cumplan los dos siglos de la usurpación, la celeste y blanca pueda flamear orgullosa en nuestra provincia número 25.

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