Lejos de aquella Catamarca de puertas abiertas a cualquier hora, la profundización de la exclusión social y el crecimiento de la pobreza en la provincia durante los últimos años trajo aparejado el crecimiento de la delincuencia y otros flagelos asociados a ellos, como el consumo de drogas y una escalda de hechos delictivos con ribetes que vuelven más violentos día tras día.
En la crónica policial cotidiana es cada vez más frecuente la presencia de armas de fuego en episodios delictivos comunes y el accionar de los delincuentes habla de un desprecio por la vida más que procupante. Hace tres días, le descerrajaron dos disparos a una adolescente a bocajarro para robarle un teléfono celular; el lunes una mujer que fue violentamente golpeada a patadas por el delincuente que le robó un monedero, prometió que al próximo delincuente le pegaría un tiro en la cabeza. Ayer una joven embarazada sufrió también un violento asalto por parte de maleantes armados que se apoderaron del dinero que llevaba encima.
Mientras estas crónicas, por lo reiterativas se han tornado menos sorpresivas en la provincia, a nivel nacional el Registro Nacional de Armas (Renar) informó que redujo, en el último año, un 53 por ciento las portaciones de armas emitidas al pasar de 1.400, vigentes en 2011, a 660 en 2012. Y aseguran que la reducción ya alcanza el 92 por ciento desde 2003.
Desde hace varios años, desde ese organismo nacional se ha motorizado una campaña para reducir la tenencia de armas en la población civil; una medida que tuvo, a la luz de las cifras publicadas oficialmente, un resultado positivo.
Lamentablemente, en Catamarca esas campañas nunca fueron masivas. El organismo provincial -REPAR, que depende la Policía de la Provincia, se adhirió a las campañas pero no una una promoción y difusión tal que alentara al desarme civil.
La muerte de “Javito” Álvarez, ocurrida meses atrás, fue un crimen de “justicia por mano propia”. Es de esperar que las autoridades responsables de Seguridad pongan en marcha acciones para evitar que las víctimas se sigan convirtiendo en victimarios e involucionemos hacia una descarnada ley de la selva.