Opinión

Y sigue la fiesta

domingo, 24 de marzo de 2013 00:00
domingo, 24 de marzo de 2013 00:00

No hace mucho tiempo expresé la preocupación de la población por la delincuencia que ha tomado el control de Catamarca. Las fuerzas de seguridad muestran una impotencia total ante este flagelo.
Los reclamos de la comunidad se hacen escuchar todos los días. La señora gobernadora, en sus buenas intenciones, anuncia más policías con el afán de que hagan algo para terminar con la lacra que está ganando la calle día a día. Pero todo sigue igual. Y aumentan vertiginosamente los arrebatos, asaltos a mano armada, emboscadas, persecuciones, asesinatos (muchísimos no descubiertos), violaciones, etc. NO TIENEN PIEDAD. Los maleantes son dueños de la calle y cada vez están más audaces. Pareciera que existe una mafia muy bien organizada. Roban miles de pesos por día en efectivo y en bienes. Sin lugar a dudas, debe existir una red de reducidores donde van a parar los elementos robados, como también las motos y/o sus componentes. ¿Será posible que nadie sepa quiénes son? ¿Esta es una “omertà”? ¿Son tan largos los brazos de la impunidad o hay protección en algunos niveles que están lucrando con todo lo que se roba?
Los diarios nos llenan los ojos y las radios los oídos publicando y narrando todo esto, sin que llegue a sensibilizar a los responsables de parar a los maleantes que hacen lo que quieren y donde quieren. La fiesta sigue.
Se hacen comisiones, nuevas leyes, cursos en otros lugares, en una catarata infernal de gastos y todo sigue igual. La justicia, la Policía Judicial y la tradicional, totalmente divorciadas y enfrentadas desde hace varios años, sufren inacción crónica y se muestran impotentes e indiferentes, vendiéndole a la población versos que no riman. La cosa está mal, muy mal y no mejora. Por el contrario, empeora. Nos hacen llegar estadísticas mentirosas. La fiesta continúa.
En Catamarca cualquier taxista conoce dónde venden droga. La inteligencia de las fuerzas de seguridad las ignora o no las quiere ver. Esto es gravísimo. Las mafias están dominando las comunidades y Catamarca está incluida en esos dominios. Ya vemos en las películas cómo se compran jueces, policías o funcionarios y lo que parece una ficción va camino de convertirse en verdad. Corruptos sobran en todas partes y en Catamarca se habla de que hay una buena cantidad.
Algo huele mal en la Justicia y en las fuerzas de seguridad. Pareciera que están faltando cosas como mando, disciplina, honradez, capacidad, programación y, sobre todo, orden. El ministro de Gobierno, el secretario de Seguridad, el jefe de Policía y su plana mayor, están en deuda con la comunidad y son los responsables de mucho de lo que ocurre. Basta de nuevas leyes. Las leyes que hay son buenas, lo que fallan son los hombres y quienes deben aplicarlas y controlarlas. Se ha perdido totalmente el orgullo del trabajo. Sólo interesa el sueldo de fin de mes y “sus yapas”.
Dejemos de perder tiempo en otras cosas. Reúnanse los de la Justicia y las fuerzas del orden y planifiquen un accionar coherente, firme, seguro, serio y sin tolerancias. Caiga quien caiga. Y QUE SE CUMPLA.
 

El Mirón (F.G.)

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