Ayer se memoró la pasión y muerte de Jesucristo. Por ese motivo, el gobierno nacional impuso por decreto la no aparición de los diarios, una medida de lógica pura tratándose el argentino de un pueblo profundamente católico y el Viernes Santo del día de mayor recogimiento. Durante largas décadas, cabe destacarlo, la fecha respetó su significado más profundo -el martirio del Salvador hasta su crucifixión y muerte- y a nadie se le hubiera ocurrido publicar diarios, hasta que llegó al poder el menemismo con su capitalismo salvaje y todo se desvirtuó. Los patrones, que generalmente no son los periodistas, privilegiaron ganancias e hicieron cumplir tareas -como un día más- a sus trabajadores en una jornada de gran sentimiento cristiano.

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Como otras medidas de este tipo, el gobierno volvió a las mejores tradiciones y el Viernes Santo mostró a los kioscos de venta cerrados y a los canillitas descansando en sus hogares, como deben hacerlo en su día -el 7 de noviembre- a pesar de las resistencias patronales y los insaciables del dinero. En este marco hay que apuntar al poderoso Multimedios Clarín que, ayer, presentó su diario papel en la versión digital, con lo cual digamos que parcialmente burló la medida gubernamental. En la provincia, mientras tanto, El Ancasti no apareció por primera vez en más de 15 años.

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El Esquiú.com, que se apresta a cumplir tres años y lleva acumuladas 957 ediciones, respetó desde su aparición, sin necesidad de ningún decreto que le obligue a hacerlo, el Viernes Santo. También respeta el día de los canillitas como un homenaje de sincero agradecimiento a quienes todas las mañanas del año -incluidos fines de semana o feriados- permiten que el público se informe a través de los diarios, dejando de lado la cínica explicación que “nadie los obliga a vender el diario” en esa fecha. ¡Un verdadero aprovechamiento de la dignidad humana que, como cualquier trabajo esclavo, comenzó a practicarse con el advenimiento neoliberal!