Libertad
El pueblo judío está celebrando -desde el 26 de marzo y hasta el miércoles próximo- la festividad de Pésaj. Es la Pascua Judía que nació en el gran acontecimiento del Éxodo de Egipto por el que los Hijos de Israel salieron de la servidumbre a la libertad. El motivo central de la festividad de Pésaj es la libertad. En los umbrales del éxodo, y hallándose todavía bajo el dominio egipcio, Moisés quiso que los padres respondan a las preguntas de sus hijos acerca de los acontecimientos que vivían como Pueblo Elegido de Dios. La Hagadá (narración en hebreo) que se lee para esta festividad subraya que a cada nueva generación le corresponde renovar el compromiso de la libertad, superando las barreras del tiempo: “Cada generación debe verse a sí misma como si hubiera sido ella la que salió de Egipto”. Y la estructura misma de su texto simboliza los estrechos lazos entre el pasado, el presente y el futuro del Pueblo de Israel.
En tiempos de Jesús, cuando el pueblo judío celebraba la Pascua, se dieron los grandes acontecimientos que celebramos en Semana Santa: desde su entrada en Jerusalén el Domingo de Ramos -cuando fue vivado y aclamado por el pueblo- atravesando su pasión y muerte, hasta el Domingo de Resurrección que se celebra hoy. En esta nueva Pascua el pueblo cristiano se llena de gozo por el paso de la esclavitud del pecado a la libertad de la vida de gracia, por el tránsito de la muerte a la Vida. Y por este motivo, se multiplican los saludos de felices Pascuas entre parientes, amigos y conocidos.
En nuestra sociedad en la que vivimos dominados por el consumo, las confrontaciones estériles, el egoísmo, entre tantas servidumbres a las que nos sometemos o nos someten, estas festividades religiosas son una oportunidad no sólo para judíos y cristianos sino para todos los seres humanos de buena voluntad que quieran valorar la libertad y superar toda esclavitud.