Editorial
¿Hipocresía?
No hay un consenso en el significado de la palabra preconcepto. Se usa el término como “ideas previas”, “concepciones alternativas”, “errores conceptuales” o “teorías en acción”.
Si tomamos la palabra preconcepto como el dar por sentado que algo es de determinada manera por ideas construidas con nociones previas dadas por ciertas, podríamos señalar la existencia de los más variados preconceptos que rondan nuestras cabezas.
Por ejemplo, ante un científico que dedica muchas horas del día al estudio meticuloso de su materia alimentamos el preconcepto de que una persona así jamás se dedicaría a jugar al ludo, por tratarse de un entretenimiento básico que invita a mover fichas por casilleros a partir de lo que indican los datos lanzados al azar.
Gran cantidad de preconceptos, solidificados como estándares sociales, suelen tener el efecto de provocar dobleces en personas que se sienten obligadas a representar conductas y apariencias que condigan con lo que se espera de ellas. Es probable que en la mayoría de los casos quienes asumen esos fingimientos no lleguen a ser del todo conscientes de sus procederes y por lo tanto podrían sorprenderse si alguien se los reprochara.
Cuando un periodista de la sección Policiales de nuestro diario llegó el jueves último con fotos del cuerpo destrozado de María Rita Valdez, hubo un espontáneo debate acerca de si correspondía publicar o no esas imágenes. Unos estaban a favor y otros en contra. Luego de las consideraciones de las distintas posiciones, el diario decidió su publicación porque así de cruda era la realidad de lo que le sucedió a esa joven.
En la edición digital llamó la atención la existencia de tantos comentarios deplorando la publicación de la foto, cuando quedaba en evidencia que habían entrado a verla, ya que escribían al pie de la nota. Nos quedó la duda de si había una genuina molestia por lo publicado o si en algunos casos era una simple hipocresía.