DESDE LA BANCADA PERIODÍSTICA

Los viejos clásicos de la política

viernes, 12 de abril de 2013 00:00
viernes, 12 de abril de 2013 00:00

Cuando el recuento de votos en la noche del 13 de marzo de 2011 marcó la tendencia que terminaría afirmando el triunfo de Lucía Corpacci y, consecuentemente, la inesperada derrota de Eduardo Brizuela del Moral, más de uno se animó a pronosticar el final de la carrera de reconocidos caudillos políticos.
Los medios de prensa, como El Ancasti (también El Esquiú.com hizo una lectura parecida), refirieron que, invariablemente, el ocaso ya cubría a figuras como el gastronómico Luis Barrionuevo o el exgobernador Saadi. Daban para ello sólidos fundamentos: ambos se quedaban sin banca y sin el dominio de las estructuras partidarias.
Se ponía mayor énfasis para el epitafio saadista. Su derrota en la interna chica del peronismo (no participó el Frente para la Victoria) a manos del diputado Jorge Moreno, sintetizaba para los comentadores el acto final de quien supo tener un poder inmenso en la década del ‘80 y se las arregló para supervivir a campañas electorales de los ‘90 y de 2000, pero sus pulsaciones políticas ya no garantizaban síntomas vitales.
Luis Barrionuevo sufría una experiencia igual o peor. No pudo en esa elección ni siquiera alcanzar los votos para consagrar diputada provincial a su hermana Liliana, ya que el Frente para la Victoria-PJ y el Frente Cívico se habían repartido todas las bancas -10 por cada lado- que se pusieron en juego.
Uno de los elementos para frenar la influencia barrionuevista que se destacó hace dos años fue la decisión de Dalmacio Mera de romper con el líder gastronómico y tramitar la unidad con el Frente para la Victoria. Después, el tiempo fue determinando el pase de todos los componentes del PJ -Daniel Barros, Alfredo Carrizo, Augusto Barros, etc- al gobierno de Lucía.
A los viejos caudillos peronistas se sumaban sus similares radicales, Oscar Castillo y Brizuela del Moral, quienes también desde la restauración de la democracia están prendidos de los presupuestos públicos y, sin someterse a ninguna interna, manejan el principal partido de oposición como si se tratara de una propiedad privada.

El regreso de Luis

Quienes le pronosticaron su muerte política, entre los que nos incluíamos haciendo la salvedad de que ocurrieran cosas impensadas como la caída de Cristina Fernández de Kirchner cuando acababa de lograr el 54% de los votos, pueden llevarse alguna sorpresa. O no.
Es que Luis Barrionuevo ha vuelto a la provincia y según lo confiesa a cuanto micrófono se le cruza en frente, viene a dar la batalla electoral con lo que, naturalmente, plantea un desafío a quienes le dieron el “no va más” en los últimos días de aquel verano de 2011.
Desde las Pascuas de Resurrección (repartió huevitos a más no poder) ha activado los mecanismos para hacerle saber a los catamarqueños que le va a discutir el poder al gobierno kirchnerista que encabeza la doctora Lucía Corpacci.
Las paredes catamarqueñas fueron cubiertas por los afiches del virtual lanzamiento como precandidato a diputado nacional. Su foto está acompañada con el eslogan “el hombre que necesita Catamarca” y por las míticas figuras de Perón y Eva Perón, mientras que de fondo resaltan el amarillo que lo puede identificar con el macrismo o el naranja que distingue al sciolismo. ¿Tendrá algo que ver? Con el primero es seguro, con el segundo dudoso.
Pero también las pintadas de color celeste y la firma de “Il Buca” (cuyos trazos también se aprecian en las paredes porteñas, especialmente en cercanías de la cancha de River y, normalmente, las rubrica un personaje ligado a conocido intendente del conurbano) le preanuncian a los catamarqueños (y a los peronistas), de alguna manera, que Luis se apresta “a poner toda la carne en el asador” durante el tiempo electoral que se avecina.
Hay que ver, claro está, qué apoyos va a recibir. Aunque él sostiene que los votos de sus comprovincianos se pueden comprar, nadie puede discutir que requiere de dirigentes y con lo que mostró, al menos hasta ahora, no alcanza. Las dos veces que vino en 2012 hizo la foto con desconocidos totales y, en una ocasión, solamente se animó a posar el diputado Marcelo Rivera, a quien el gastronómico supo regalarle dos mandatos de diputado provincial. En más no se le acercó nadie, a no ser que se contabilice un encuentro con Raúl Jalil y algunos intendentes en una reunión llevada a cabo en Tigre, la tierra que gobierna Sergio Maza.

Los apoyos nacionales

Necio sería afirmar que Barrionuevo ha perdido todo el poder, pero la realidad indica que tiene más apoyos afuera que adentro de la provincia de la Virgen del Valle, a la cual viene a pedirle bendiciones para los que pueden ser sus últimos emprendimientos como político, éste de 2013 y las presidenciales de 2015. Con sólo decir que acaba de cumplir 71 años, estamos señalando un recorrido biológico imposible de modificar.
La falta de dirigentes catamarqueños a su lado, en esta oportunidad, la suplirá con la presencia del mandatario cordobés José Manuel De la Sota, que inició su campaña presidencial en Catamarca con un espectáculo de cuarteto y humor (estuvieron presentes Cacho Buenaventura y Damián Córdoba) y tampoco lo acompañó nadie de la política.
Si se acepta que De la Sota ya es firme precandidato a la presidencia de la República y que Barrionuevo será su virtual jefe de campaña, estamos hablando de una referencia muy importante para el catamarqueño. Si a ello le agregamos un Mauricio Macri, con el que tiene relaciones y a quien supo vincular al radicalismo local, se refuerzan los apoyos nacionales entre los que no puede obviarse al Grupo Clarín, el gigante mediático que favorece a todo dirigente que se ubique en las antípodas del kirchnerismo.
Entre grandes fortalezas (un triunfo del gobernador cordobés elevaría las acciones barrionuevistas a niveles espectaculares) y debilidades concretas (la pérdida de contacto con Catamarca es indisimulable), esta semana se habrían producido algunos contactos con Ramón Saadi, los que pudieron ser alentados por el mismo De la Sota en algún lugar de Córdoba. Puede ser una posibilidad de sumar, pero lo más importante finalmente será lo que decida Barrionuevo.

Dentro del PJ o fuera del PJ

Hoy sábado, aparte de mostrarse con De la Sota, Barrionuevo podría comenzar a develar su estrategia. Las pintadas y los carteles ayudan a instalar su figura, pero lo que valen son los hechos concretos.
Si es cierto que quiere ganar una de las tres bancas catamarqueñas que se ponen en juego en octubre de 2013 -no hay por qué descreer sobre intenciones que hace públicas- ¿jugará dentro de las internas del Frente para la Victoria-Partido Justicialista en las primarias de agosto o se presentará en representación de otro sello partidario que automáticamente lo aleja de la expresión política que durante toda su vida dijo defender?
En la respuesta a esta pregunta se decide mucho para el líder gastronómico. Si él mismo pidió internas, cómo escapa de esta interna que son las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Allí podría competir contra sus rivales kirchneristas a los que señala como enemigos y a los que, permanentemente, les augura un final inminente aunque lleven casi diez años en el poder.
La posibilidad de que vaya por afuera del peronismo le serviría para consagrarse candidato y dar la batalla final recién en octubre, pero más de uno le enrostraría que huyó de la interna que tanto pedía.
La tercera posibilidad, que tratándose de Barrionuevo nadie debe dejar de lado, es que todo este gran movimiento solamente esté orientado a forzar acuerdos mínimos con el gobierno local y sus formaciones partidarias. ¿Cómo sería ? Se baja de la candidatura, pero en la negociación consigue ventajas, como ya lo supo hacer en otras oportunidades -el mejor ejemplo se remonta a los procesos electorales de 2005 y 2009- cuando capturó candidaturas para sus aliados circunstanciales.
Ciertamente que la negociación es difícil, casi imposible, por el odio visceral del barrionuevismo y el kirchnerismo, pero se ha dicho más de una vez que la política es el arte de lo posible.

Otros personajes de la vieja política

En las arenas del radicalismo se libran otras batallas. Allí están Oscar Castillo y Brizuela del Moral aguantando, con pretextos y engañifas, los pedidos de una interna que no piensan dar.
El problema mayor les surgirá no cuando anuncien que no hay tiempo para la expresión de los afiliados, situación a la que llevaron ex profeso, sino cuando se presenten las listas de candidatos y aparezcan “los de siempre”, a los cuales solamente les importa sus situaciones personales y en absoluto la militancia. Será el momento en que muchas voces les recordarán a ambos caudillos que su tiempo no es eterno.
A propósito de esto último. Si tanto el senador nacional como el exgobernador intuyen lo que se avecina, por qué no dan la interna y “los de siempre” revalidan sus títulos. ¿No será mejor esto que lo que pensaron tanto uno como otro? Si tanto minimizan a líneas minoritarias, aun con apoyos que puedan recibir del gobierno, ¿por qué les tienen miedo?
Todas las especulaciones valen, pero está llegando la hora de las definiciones. Los clásicos de la política que hombres como Ramón Saadi, Oscar Castillo, Luis Barrionuevo y Eduardo Brizuela del Moral animaron desde la década del ‘80 hasta nuestros días volverán a reeditarse en 2013. Entonces sabremos, como se dijo en marzo de 2011, si están verdaderamente muertos.
 

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