Colaterales

domingo, 21 de abril de 2013 00:00
domingo, 21 de abril de 2013 00:00

Cuando los medios reflejan los siniestros viales -mal llamados accidentes de tránsito-, generalmente hacen énfasis en los que tienen consecuencias fatales. Y el negro conteo se va alimentando en las páginas de los diarios, mes a mes, con las víctimas de las rutas hasta sumar decenas cada año. Las noticias, sin embargo, no suelen reflejar el larguísimo calvario que los heridos en esos episodios deben atravesar hasta poder recuperarse.
El Esquiú.com dio cuenta en su edición de ayer de la penosa realidad de quienes han sobrevivido a un evento vial y son internados en el principal centro de salud provincial, el hospital San Juan Bautista, para su tratamiento en el área de Traumatología. Allí deben esperar internados, en promedio, unos tres meses para poder ser operados.
Dos factores influyen en este panorama: los problemas para conseguir las prótesis y la escasez de anestesistas en Catamarca.
En el primero de los casos, hay una burocracia que retarda la tramitación de los expedientes varias semanas y una vez conseguido el costoso “repuesto” para la rodilla, el brazo, la pierna o la cadera, puede que no sea el adecuado y todo vuelve a demorarse otra vez.
El segundo punto tiene que ver con la falta de especialistas en este campo tan sensible -una problemática que afecta a todo el país-, y que en la provincia cobra ribetes dramáticos: apenas hay cuatro profesionales para atender la demanda creciente en el sector público.
Aparte de los inconvenientes para los pacientes, los familiares que los cuidan atraviesan un sinfín de inconvenientes, como Mari, quien en diálogo con este diario contó cómo perdió su trabajo en Buenos Aires y se alejó de sus afectos más cercanos, por cuidar a tiempo completo a su hermano en el hospital.
Datos que todos deberíamos tener en cuenta a la hora de subir a un auto o una moto y que hablan de la necesidad de formarnos una “ética mínima” como conductores.

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