El viernes pasado se realizó en Estados Unidos la Cumbre de Mujeres del Mundo. La ex primera dama y senadora por Nueva York, Hillary Clinton, fue la oradora principal en una conferencia repleta de celebridades, entre ellas las actrices Angelina Jolie y Meryl Streep.
En la ocasión la legisladora neoyorkina -quien probablemente será candidata a la presidencia de Estados Unidos- dijo que los derechos de la mujer son “el asunto no solucionado del siglo XXI” en ese país y en todo el mundo.
En un detalle que dejó ver realidades que viven las mujeres en distintos puntos del planeta, los asistentes fueron testigos de un momento emotivo cuando Jolie presentó a Malala Yousafzai, la adolescente paquistaní a quien los talibanes le dieron un balazo en la cabeza por defender el derecho de las niñas a la educación.
Las noticias en medios argentinos -lógicamente- hicieron foco en la presencia de Susana Trimarco en esa Cumbre, quien se convirtió en un símbolo de la lucha contra la trata de mujeres a partir de la búsqueda incesante de su hija Marita Verón, quien fue secuestrada en Tucumán hace once años para ser prostituida. Esta valiente argentina fue reconocida y saludada por Jolie y Streep, lo que le permitió dimensionar la trascendencia internacional de su lucha. “En la cena de ayer estuve con Angelina. Me agradeció por estar ahí y por la lucha que llevo adelante”, escribió Susana en su cuenta en Twitter, mostrando una foto junto a la actriz. Algo similar pasó con Streep.
Quizás con una carga de cholulez, algunos medios pusieron el énfasis en este contacto con las famosas actrices, pero Trimarco se ocupó de aclarar que lo importante para ella es encontrar con vida a su hija y seguir luchando contra ese vil comercio.
El respaldo nacional e internacional a esta causa da fuerzas, aunque sabemos que desde la sombra los traficantes de mujeres son más poderosos, por ahora.