Los caprichos del calendario indican que hoy El Esquiú.com cumple mil ediciones impresas del diario en su formato papel y sin pecar de narcisismo, es una buena excusa para mirar hacia adentro de este proyecto periodístico que en tan escaso tiempo logró solidificarse y ocupar un espacio importante en la sociedad catamarqueña, a pesar de los embates que sufrió desde incluso antes de existir. Es que este proyecto vino a ocupar un lugar vacío en la prensa local que, salvo algunas excepciones, el paso de los años había acostado en el cómodo lecho de la sumisión. Cuestionado por tener una línea editorial frontal, clara y definida, que sin embargo no cercena, silencia ni censura ninguna voz, sea del sector social, político, o religioso que sea. Ni siquiera aquellas que sin más argumentos que la mera agresión nos disparan las diatribas más envenenadas.
Cada nueva etapa que se completa es para nosotros significativa, y por ello nos sentimos en la obligación de agradecer sincera y profundamente a la comunidad catamarqueña por su acompañamiento, ya que sin los lectores, nuestro proyecto no hubiera logrado superarse continuamente desde el primer día; y también al capital humano que integra esta empresa y que diariamente enfrenta la dura tarea de mantener este proyecto en pie con todas las dificultades y vicisitudes. Mil días es tan sólo un pestañear, y sin embargo el reconocimiento y la presencia de nuestro diario parecen multiplicar esa cifra, lo cual nos redobla la apuesta para continuar avanzando día a día.
Quizá sea porque escarbamos los que otros quieren esconder y no hay mordazas para nadie, del sector que sea, que quiera expresarse sin temor a debatir argumentos. Crecemos a fuerza de tropiezos. Tropiezos que asumimos y enfrentamos con la mayor dignidad, prometiéndonos a nosotros mismos y a nuestros lectores superar.