Apuntes del secretario

lunes, 13 de mayo de 2013 00:00
lunes, 13 de mayo de 2013 00:00

Está llegando la hora de la verdad para la UCR de Catamarca. Los tiempos avanzan inexorablemente y se acerca el momento de enfrentarse con la realidad que significa, por primera vez en 20 años, estar en el llano, no llamar a internas y, por encima de todo, elegir los candidatos provinciales a través de acuerdos que los realizan quienes vienen de perder el poder. Esta columna, desde hace largo tiempo, siguió el proceso del partido de oposición y se aventuró en pronosticar que, sin autocrítica y renovación dirigencial, resultaba sumamente complicado conformar a los distintos sectores que componen la familia radical. Al respecto, algunos ruidos ya se hacen sentir. No solamente entre quienes reclaman internas desde hace casi 700 días, sino en la propia tropa oficialista, la cual tiene grietas y rasgaduras por donde parecen escurrirse los consensos que proclamaron brizuelistas y castillistas.

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Cuando quedan 17 días para que sesione la Convención Provincial resurgen las dudas. Todavía nadie explicó la derrota del 13 de marzo de 2011. Lo más que se dijo, hace ya bastante, por boca de la brizuelista Martha Grimaux de Blanco, fue que “la culpa es de todos por igual”. Aquí se debería exceptuar -cosa que la exsenadora no hizo- a la masa de afiliados, porque no fue ella la que eligió los candidatos. En segundo lugar, dirigen la batuta sin consenso general (¿quién los eligió?) el exgobernador Brizuela del Moral y el senador Oscar Castillo. El primero, porque se autocandidateó para la re-reelección cuando las condiciones no aconsejaban tal cosa y fue el gran derrotado, y el segundo porque declaró tres días antes de aquella elección que la gente pedía un cambio. En tercer término, se reformó la Carta Orgánica para que, por la vía de las exigencias legales, nadie pudiera participar de internas, ni siquiera las partidarias. De esa forman “voltearon”, en 2012, la lista opositora que encabezaba el andalgalense intendente Alejandro Páez y, de esta manera, “Coco” Quintar, sin necesidad de abrir urnas, pudo llegar -como acuerdo de fondo entre Brizuela y Castillo- a la presidencia del comité provincial. La cuarta cuenta a saldar con los afiliados, según lo señalan a viva voz “los contras” de la actual conducción radical, está referida -aparte de irrisorios pretextos- al manejo de las fechas para evitar la interna.
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También desde estos “Apuntes” señalamos, más de una vez, que la determinación de no realizar elecciones en marzo, le brindaba en bandeja a la UCR la posibilidad de programar una interna que movilizara al partido y evitara las refriegas que se vienen. Dejaron pasar la oportunidad por el empeño ciego de no dar la interna. Ahora, cuando ya los tiempos están prácticamente vencidos, han programado la Convención, no para establecer una fecha de elección, sino para proclamar oficialmente que no habrá tal elección. Esto es repetir la letra de un viejo tango: “como juega el gato maula con el mísero ratón”. Eluden la exigencia de la Carta Orgánica que dice que “todos los candidatos del partido deben ser nominados por la voluntad de los afiliados”. Este “detalle”, por lo que se sabe, será recordado en el encuentro de convencionales, donde también debe aprobarse la conformación de la alianza Frente Cívico y Social. En síntesis: aunque se prepare a fondo una reunión de armonías plenas, la cosa no será muy tranquila. Es que están en juego más de 60 bancas provinciales y los candidatos triplican, cuadriplican y hasta quintuplican, en algunos casos, esa cifra.

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Recientes declaraciones de “Coco” Quintar en El Ancasti dan cuenta, un tanto sorpresivamente, que puede haber internas. Las mismas, aunque no lo diga, encierran problemas y algunos convencimientos del intendente fiambalense. Lo de querer programar una interna de apuro, si es que no se aprueba el proyecto del radicalismo de establecer en la provincia las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) es verso puro. El oficialismo ya anunció, hace rato, su rechazo total al proyecto pergeñado por el auditor Horacio Pernasetti. A partir de esto, lo que dijo Quintar puede tener asidero, pero siempre para favorecer al oficialismo y castigar a la oposición. Programar una interna el día 1 de junio significa la presentación de lista única brizuelista-castillista, ya que los rivales tendrían problemas para conseguir los avales y armar las boletas en 11 de los 16 departamentos, una de las exigencias tramposas de la Carta Orgánica reformada en 2012. Pero más allá del “engañapichanga” que habló el diputado José “Chichí” Sosa”, por lo que sabemos, en varios departamentos habrá que dirimir aunque sea en “votación casera” las candidaturas. Eso sí que no lo podrán arreglar los popes partidarios y hacia allí están dirigidas las expresiones de “Coco”. Por ello decimos al comienzo de estos “Apuntes” que está llegando la hora de la verdad para el radicalismo.

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En el oficialismo, por ahora, reina la calma. Se descuenta que buscará los acuerdos entre los distintos sectores del Frente para la Victoria-PJ y tratará de aprobar, en coincidencia con la UCR, la adhesión a la ley nacional para que, optativamente, voten los jóvenes comprendidos entre los 16 y 18 años, lo que evitaría el escándalo de tener que confeccionar un padrón nacional (ya está en exhibición) y otro provincial. En cuanto a candidaturas, el análisis está centrado en las primarias del 11 de agosto. Eventuales reelecciones como las de Veaute o Yazbek estarían descartadas para no agredir la epidermis peronista (con lo de Porta de Salas como candidata al Jury ya hubo silenciosas recriminaciones) y, en cambio, habría subido sus acciones el actual titular del ANSES, Gustavo Aguirre, quien cuenta con el perfil que más gusta al kirchnerismo: que los jóvenes enfrenten al pasado, el que representa en este tiempo el radical Brizuela del Moral. Aparte, como ya lo expresamos en otras entregas, Aguirre cierra hacia dentro del peronismo y varias de sus vertientes. Esto no quita que otros postulantes, por cuenta propia, se anoten para disputarle la interna obligatoria (además de eliminatoria) y la candidatura a diputado nacional para el 27 de octubre.

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En los “Apuntes” del domingo comentamos el lanzamiento de campaña como candidato del Frente Cívico del abogado Simón Hernández, actual concejal de Capital. Dijimos que lo hizo a través de un cartel ubicado en la fluida rotonda Güemes, frente a plaza “El Maestro” y a metros de la esquina de avenidas Virgen del Valle y Belgrano. También señalamos “la pertenencia del mismo (por el cartel) tendría que ver con el exdiputado y actual funcionario municipal, Juan Cruz Miranda”. Al respeto aclaramos que, en realidad, ese mismo escaparate fue utilizado tiempo atrás por la renovación peronista, espacio al que pertenece Miranda, quien por su parte negó tener relación con el tema actual y, mucho menos, con un hipotético acuerdo con el concejal.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Concluimos los “Apuntes” del día de la fecha con el repaso de hechos políticos de otros tiempos.
Un 13 de mayo del año ‘88, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) criticó la sesión legislativa en la que tuvo ingreso el proyecto oficial de Ley de Radiodifusión enviado por el gobierno de Raúl Alfonsín (Renovación y Cambio-UCR). Adujo que “mantiene la minusvalía del editor gráfico para acceder al espectro de radio y televisión”. Fue el antecedente más cercano de la Ley de Medios que se aprobó, por amplia mayoría, en el año 2010. ADEPA supo ser entidad rectora del periodismo argentino, pero con el paso de los años se convirtió en un apéndice del Grupo Clarín. Todos sus pronunciamientos están orientados a favor del gigante mediático y, como no podía ser de otra manera, durante el debate por la Ley de Medios, tuvo una posición crítica con respecto al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Si consideramos que 25 años atrás (ADEPA) no compartía que un diario no pudiera tener radio y televisión, es fácil deducir su posición contemporánea. También con los años, cabe destacarlo, el diario Clarín consiguió del gobierno de Carlos Menem nada menos que Radio Mitre y Canal 13, dos joyas entre los medios audiovisuales, pero aparte logró del menemismo -aliado fundamental para lograr la intervención de Catamarca en el año 1991- el decreto por el cual los diarios podían tener emisoras de radio y televisión lo que, por ejemplo, en los Estados Unidos, está terminantemente prohibido. Volviendo al proyecto alfonsinista, hay que destacar que terminó en el archivo. No solamente no logró el apoyo del peronismo, dura oposición de aquellas épocas, sino que muchos radicales, aliados de Clarín, le dieron la espalda. Los correligionarios de esta provincia, especialmente los mayores, no deberían olvidar al expresidente porque, a través suyo, lograron hacer la carrera política que les dura hasta el presente.
 

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