Mientras se analiza la situación de los colegios privados que funcionan en el ámbito de San Fernando del Valle, fundamentalmente por su incumplimiento de las normativas de edificación y la necesidad de que comiencen a prestar servicios fuera de las cuatro avenidas para evitar el enorme congestionamiento diario de tránsito, la comuna capitalina anunció que finalmente pondrá en práctica un proyecto que se maneja hace años, pero que nunca pudo ser concretado: la reubicación de los boliches que están próximos a viviendas particulares, en una zona específica para la actividad nocturna.
No se trata de una idea novedosa: en provincias vecinas, como Córdoba, Tucumán o Salta, hay zonas especialmente dedicadas a los locales bailables, desplazadas de las aglomeraciones urbanas y en donde es más sencillo implementar dispositivos de seguridad para garantizar una fiesta sin problemas.
En este caso, el área de Planeamiento Urbano del municipio pretende trasladar, en principio, cuatro boliches que, por su ubicación, generan frecuentes quejas. Uno de ellos funciona frente a la plaza principal, dos en la zona residencial del Oeste capitalino y el restante en La Chacarita. El lugar elegido para el nuevo emplazamiento es una franja cercana al arroyo Fariñango, delimitada por las avenidas México y Recalde, lo que significará que el sector del Predio Ferial seguirá ganando complejidad.
Para hacer realidad el proyecto, la Intendencia prevé una cuestión fundamental: la cesión de un terreno y el otorgamiento de financiación, a través de créditos blandos, para que los empresarios puedan hacer las inversiones del caso.
De a poco, el otrora pago chico expande sus límites, para pasar a ser una capital provincial más adaptada a las necesidades de la vida moderna.