Cuando se habla de inclusión y promoción social, se tiende a asociar esas palabras con las garantías que el Estado debe dar a los ciudadanos para el acceso a los servicios básicos, alimentación, seguridad, educación y salud -cuestiones sin dudas imprescindibles-, pero casi nunca al ocio y al disfrute. Menos con la posibilidad de viajar, para lo cual son necesarios recursos económicos que no todos poseen. Todavía hoy subsisten personas del interior profundo de Catamarca que no han tenido la posibilidad de conocer ni siquiera la capital de la provincia, restringiendo su universo existencial y mental al pequeño poblado en el que nacieron y viven.
Por eso son destacables las iniciativas que se pusieron en marcha a nivel oficial para que contingentes de niños, niñas, adolescentes y adultos mayores, especialmente de sectores vulnerables y alejados de los principales núcleos urbanos, puedan pasear por distintos lugares del territorio catamarqueño. En ese marco se inscriben los viajes que desde 2012 vienen realizando grupos de escolares de los departamentos a SFVC, en donde visitan lugares tradicionales como la Catedral y la Gruta, o hitos arquitectónicos más recientes como el estadio Bicentenario. Algunos son recibidos incluso por Lucía Corpacci en Casa de Gobierno, uno de los puntos obligados de los recorridos.
Este año se decidió ampliar la propuesta pedagógica-recreativa y se lanzó un programa de Turismo Social en articulación con la Nación, que debutará el 13 de mayo con la partida de una delegación de 17 chicos de la comunidad de Agua Amarilla, ubicada a más de cien kilómetros de la ciudad de Santa María, hacia Buenos Aires, en donde disfrutarán de una variedad de actividades especialmente preparadas.
De esta manera, los chicos santamarianos tendrán una oportunidad única de intercambio, tomando contacto con distintas manifestaciones culturales y con pares de otros puntos del país, lo que al mismo tiempo les permitirá revalorizar su propia tierra.