A través de la montañista Úrsula Díaz, deportista oriunda de la ciudad de Belén, el nombre de Catamarca flameó en el techo del mundo gracias al logro histórico que consiguió: haber llegado a la cumbre del Monte Everest, logrando así un acontecimiento inédito, nunca antes realizado por un atleta catamarqueño.
Se trata verdaderamente de un hecho de gran significancia por todo lo que representa en diferentes ámbitos. Es un logro de superación personal, que demuestra que cuando se plantean metas concretas, con esfuerzo y sacrificio se las puede lograr. Úrsula Díaz logró lo que muchos montañistas de diferentes partes del mundo, año tras año intentan, y son pocos los que lo pueden concretar. Se ponen en juego muchas cosas a la hora de emprender una aventura de este tipo, y por eso hay que prepararse a conciencia. Y no es simplemente tener una excelente condición física y emocional. Los montañistas en cada aventura que emprenden están arriesgando la vida y se enfrentan diversos obstáculos; superarlos y llegar al final es lograr el objetivo.
Úrsula Díaz llevó adelante un plan de trabajo que abarcó todos los detalles. Principalmente creyó en sí misma y luego contagió de ese optimismo a su pequeño grupo de colaboradores. No le fue fácil, tuvo que pelear con muchas cosas, de hecho el ascenso se fue postergando con el paso de los días principalmente por las malas condiciones climáticas, pero su fuerza y constancia la llevaron a poder tocar el cielo con las manos, llenando de orgullo a una provincia necesitada de buenas noticias, y que además refleja un claro mensaje a los protagonistas de nuestra sociedad.
Que el logro de Úrsula sea un mensaje que llegue a todos los catamarqueños, principalmente a los jóvenes, quiénes tienen la responsabilidad de guiar el futuro de nuestro país. Que caminen por esta vida poniendo cada uno de manifiesto los valores del compromiso, trabajo, esfuerzo y sacrificio. Felicitaciones para Úrsula Díaz, propietaria de un hito de la historia de Catamarca, que el tiempo seguramente sabrá valorar.