Apuntes del secretario

miércoles, 22 de mayo de 2013 00:00
miércoles, 22 de mayo de 2013 00:00

Mientras que desde las propias entrañas del radicalismo lo calificaron como “un mitómano de doble discurso”, Oscar Castillo salió a replicar el informe exclusivo de El Esquiú.com que lo muestra como un íntimo de Ariel Alanís, el prófugo de la Justicia a raíz de la incautación, en noviembre de 2012, por parte de la Policía provincial, de una carga de 90 kilogramos de marihuana. En primer término conviene decir que el senador reconoció que las fotos existen y que, según él, fueron tomadas en el año 1999, cuando ejercía la gobernación y la intendencia de Tinogasta estaba a cargo de su correligionario radical, Luis Roberto Gómez. En más, no habla de Alanís, con quien, con una sonrisa de complacencia, posó como si tratara de un amigazo, no un simpatizante circunstancial. Aparte, aclaramos que no se sacó una sola foto y en una única oportunidad, como pretende referir, sino al menos dos o tres veces. La prueba más contundente de lo que afirmamos está dada por el hecho de que en las fotografías no aparece con la misma ropa.
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Con inseguridad manifiesta, sin llegar al tartamudeo, Oscar Castillo curiosamente considera que las fotos prueban que Alanís es amigo del ministro Gordillo y del jefe de Policía, Juan José Palomeque. ¿Cómo se entiende esto? Simplemente como un intento de ensuciar la cancha. Puede ser que el prófugo sea amigo de los funcionarios. No nos consta, pero eso no quita que se fotografió con él y que las mismas fotos grafican puentes de afectividad que existían hace casi 15 años atrás, fecha en la que Alanís se afilió a la UCR. ¿Cómo no lo va a conocer al afiliado, dirigente y a la vez funcionario, porque todo eso era Alanís, quién era el conductor natural del Partido y nada menos que el gobernador de Catamarca? ¿Cómo puede ser una foto de circunstancia mostrarse abrazado y sonriente, los dos solos o en grupo, con quien está hoy en la clandestinidad? Aparte, el exfuncionario de la municipalidad tinogasteña no estaba allí como “colado”. Se aprecia, claramente, que era un dirigente de primer nivel, sino no ocuparía fraternalmente un lugar a la par de las principales figuras (Arnoldo Castillo, su hijo, Coco Quintar, diputados y dirigentes) de la UCR.
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La investigación de El Esquiú.com, llevada a cabo a partir de un reportaje de radio Valle Viejo a Ariel Alanís por vía telefónica y desde un lugar no identificado, pudo hacerse por las revelaciones de dos exconcejales “boinablanca” de la década del 90 que hoy están en las veredas opuestas al acuerdo castillista-brizuelista. Fueron quienes nos contaron los detalles de la actuación de Alanís y de la existencia del valioso e indiscutible -lo reconoce hasta el propio Castillo- material fotográfico que terminó por confirmar algo que nadie sabía ni sospechaba: que el senador nacional era conocido y correligionario de quien denunció (Alanís), con el objetivo evidente de perjudicar a dos figuras importantes del gobierno como Gordillo y Palomeque, en una maniobra de narcotráfico. A propósito del jefe de Policía: un día antes de la publicación de El Esquiú.com, advirtió a Castillo que tenía material que podía llegar a comprometerlo. ¿Habrán sido copias de las fotos del escándalo político? Lo desconocemos, pero debería aclararlo el propio conductor de la fuerza, porque Castillo tiene razón cuando dice que amenazar constituye un delito. ¡Aclare, Palomeque, aclare! Si le demandan seriedad al senador por sus maquiavélicas denuncias (tiene sobrados antecedentes en la materia), hay que predicar con el ejemplo.
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Acompañado de sus íntimos y los dirigentes más cercanos, el candidato a diputado nacional José Luis Barrionuevo estableció, por tres días, su bunker de campaña en el Hotel Casino. Ayer, confiado y trasmitiendo buena onda, atendió a varios medios de prensa y prometió dura lucha electoral en todo el territorio provincial, especialmente en los departamentos donde se pondrá en juego la categoría de senador. Hoy, oficialmente, pondrá en marcha su raid proselitista con una conferencia de prensa que ofrecerá en dependencias del Hotel Ancasti. Se esperan anuncios que pueden calentar la campaña y, especialmente, la interna peronista.
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Como es público y notorio, el intendente de la Puerta de Corral Quemado (Belén) está acusado de abuso sexual gravemente ultrajante contra una menor de 14 años, de la que habría abusado en un viaje a nuestra Capital. Ayer debía declarar ante el fiscal Mazzucco, pero prefirió abstenerse. Más allá de la comprometida situación procesal del funcionario, llama la atención que ningún medio local se haya ocupado de aclarar la pertenencia política de Enrique del Carmen Aybar. ¿Por qué será? No lo sabemos, pero por las dudas, como siempre, lo hacemos nosotros: fue electo por el Frente Cívico en 2011, cuando logró un gran triunfo por 200 votos de diferencia sobre un total de 900. Hasta dónde llegará la cosa que hasta la presidente, por cadena nacional, habló del tema. Dijo que vio la publicación en una página “12 ó 13” del diario La Nación y le llamó la atención que se omitiera la pertenencia ideológica. “Tuve que averiguar y entonces me enteré de que era opositor. Si hubiese sido uno de los nuestros, seguro que ocupaba la primera página”, ironizó Cristina Fernández de Kirchner.
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Los registros de desocupación del primer trimestre de 2013, dados a conocer el lunes por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), colocan a Catamarca en una situación para nada cómoda, pero mejor que en años recientes. Con el 9.8% se ubica en el quinto escalón de las regiones problemáticas, después de la Córdoba de José Manuel de la Sota (10.8%), la Salta de Juan Manuel Urtubey (10.6%), el Gran Paraná del gobernador Urribarri (10.6%) y la Ushuaia-Río Grande de Fabiana Ríos (10.1). Recordemos que en varios momentos de la última década nos tocó subir al podio: si no estábamos primeros, seguro que lo hacíamos en los puestos de escolta. El tema central de este flagelo que azota al país y al mundo entero, tiene que ver con la creación del empleo privado, algo que los gobernantes demagógicos han olvidado y prefirieron repletar, sin sentido práctico alguno, los cuadros de la administración pública. Pero como lo hemos dicho en más de una ocasión, mientras no se produzcan jubilaciones o algún plan de retiros voluntarios, el tema no da para más. El Estado ha llegado a niveles de colapso y todo lo que se haga para fomentar alternativas -especialmente laborales- por fuera de él será bienvenido. Algo de esto ha ocurrido en provincias gobernadas por personas de probada capacidad, como Jorge Capitanich, que ha colocado al Gran Resistencia como uno de los centros urbanos con mínima desocupación: 1.2%.
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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Finalizamos los Apuntes de la “Semana de Mayo” con el recuerdo de sucesos políticos que pueden tener alguna relación con el presente.
El 21 de mayo de 1988 internan, una vez más, a Vicente Saadi en el Instituto del Diagnóstico de la ciudad de Buenos Aires. Su médico personal e hijo político, Julio Dentone (es el esposo de Alicia Saadi), indicó que se trataba de una cuestión rutinaria a consecuencia de la diabetes crónica que sufría el exmandatario. Desmintió las versiones sobre un agravamiento del estado de salud. También dijo que la internación anterior, que se había producido en fecha cercana, había sido interrumpida por el propio Saadi para atender funciones de gobierno. Obviamente, se trataba de declaraciones de circunstancia porque las condiciones físicas del gobernador deterioraban día a día. A tal punto que, en Catamarca, se estudiaba la reforma de la Constitución para permitir que un Saadi -en este caso, Ramón- completara el resto del mandato como titular del Poder Ejecutivo. Ya lo había adelantado el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Díaz Martínez, al inaugurar el período de sesiones ordinarias ‘88 de la Legislatura.
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El 22 de mayo de aquel año llega a Catamarca Juan Manuel Casella, candidato a vicepresidente de la Nación por la Unión Cívica Radical. Lo reciben en el aeropuerto “Felipe Varela” Genaro Collantes y Gabino Herrera, en ese entonces aliados incondicionales y vencedores de la última interna que tuvo el radicalismo: el 11 de mayo de 1987. El bonaerense Casella, hombre cercano al expresidente Raúl Alfonsín, iba a ser el compañero de fórmula del exgobernador cordobés César Angeloz, la que iba a caer derrotada el 14 de mayo de 1989 por la (fórmula) compuesta por el riojano Carlos Saúl Menem y el bonaerense Eduardo Duhalde.
 

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