Tres diputados del oficialismo, Julio Cabur, Guillermo Andrada y Cecilia Guerrero, respondieron rápidamente el pedido de la ministra de Salud, Noemí Villagra. Un día después de que la funcionaria requiriera a través de los medios la declaración de emergencia sanitaria por la falta de anestesistas, presentaron un proyecto que tomará estado parlamentario en la sesión del viernes. Dada la importancia del tema y la magnitud de la crisis por la carencia de estos especialistas, se espera un rápido tratamiento y aprobación, para que las herramientas que prevé se implementen cuanto antes.
En el articulado, llama la atención el fuerte cuestionamiento a los profesionales de este campo, a los que acusan de tener una “actitud corporativa” y de ser las “vedettes” del sistema de salud. Cabur, Andrada y Guerrero hicieron referencia de esta manera a las negociaciones trabadas con el gobierno, que trata de revertir una situación compleja que, solamente en el hospital San Juan Bautista, retrasa unas doscientas cirugías programadas.
Más allá de la conveniencia para los anestesistas de trabajar en el sector privado -en donde cobran mejor- y la mayor o menor predisposición de prestar servicios en la parte estatal, lo cierto es que la falta de este recurso humano (en toda Catamarca hay solamente diecisiete) es una problemática instalada a nivel nacional, y los distritos provinciales compiten ferozmente por captar a los recién egresados.
Por eso se espera que la emergencia habilite una serie de procedimientos, entre los cuales sobresale una residencia local como “especialidad crítica que debe ser priorizada” y la contratación directa de profesionales de otros lugares para atender la coyuntura.
No obstante, se espera que los especialistas contribuyan con una mayor dedicación a los nosocomios públicos, solidarizándose con las decenas de pacientes que esperan una mejor respuesta de los que deben ser garantes de su salud.