La Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (ASPROSCa) tomó una saludable decisión: bajar el tono a la confrontación con el gobierno, que había desvirtuado el reclamo por distintos temas que preocupan al sector, en lo que significó una escalada que terminó en la última movilización con consignas anti K y una parodia de Cristina a cargo de la mediática Graciela Juri. El propio subsecretario “Kelo” Brizuela preguntó “qué tiene que ver la Presidenta con esto”, antes de calificar al grupo como un “rejunte de antiperonistas”. Al parecer la entidad acusó recibo de esa crítica, porque decidió renovar la conducción erigiendo como secretario general al médico Gustavo Medina, quien se mostró mucho más negociador que su antecesor, el licenciado Julio Sánchez.

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En el primer contacto con los medios, Medina se diferenció de quien era el principal referente del grupo, enrolado en las filas del barrionuevismo. Aseguró que la lucha que mantienen es “legítima”, que no son “unos loquitos que salen a la calle”, y despegó a la asociación de cualquier “filiación partidaria”, aunque algunos de sus integrantes son dirigentes radicales que ocuparon cargos en la anterior gestión, como el exsenador de Andalgalá, Mario Scaltritti. Recordó que hay pedidos que son de larga data y se mostró confiado en que en el diálogo con las autoridades sanitarias puedan arribar a los acuerdos necesarios.

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Por lo pronto, el profesional buscó dar algunas señales claras. “No creo que volvamos a la instancia del paro porque vamos por el buen camino”, dijo, mostrando su expectativa por el primer encuentro con la ministra Noemí Villagra y sus colaboradores, para abordar una extensa agenda de trabajo. También deberá abocarse a tratar de reconstruir la relación con sus excompañeros de lucha, los Autoconvocados de la Salud quienes, justamente, se alejaron de la ASPROSCa al entender que, tal como se había hecho hasta ahora, la protesta era más política que sindical.