Apuntes del secretario

jueves, 27 de junio de 2013 00:00
jueves, 27 de junio de 2013 00:00

La elección de autoridades superiores dentro de la Universidad Nacional de Catamarca, como se intuía desde la semana pasada, pasará al año 2014. La Asamblea Universitaria resolvió ayer aprobar una reforma que, de acuerdo a la opinión de los consultados por este “secretario”, tiene indisimulables condimentos políticos. Los argumentos dados por el consejo superior, para forzar la medida que aprobaría finalmente la Asamblea, no resisten demasiado análisis: en las distintas facultades hay dificultades para armar listas con profesores concursados -los únicos que pueden participar del proceso electivo-, algo que por incumplimientos de toda especie creó las condiciones para justificar la abrupta suspensión del cronograma electoral y la campaña que ya se llevaba a cabo en los distintos claustros. No se trata de una decisión insulsa. Al contrario. Aparte de permitir que decanos y vicedecanos permanezcan en sus cargos, la reforma establecería que los mandatos valen a partir de este año, con lo cual serían varios los que podrían acceder a reelecciones que parecían vedadas. Entre ellos el actual rector, Flavio Fama.

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Una de las facultades donde más repercusión tuvo la suspensión de las elecciones fue en Derecho. Como lo dijimos en una entrega de hace dos meses, varios buscaban frenar el avance hacia el vicedecanato de Gonzalo Salerno, el único profesional que armó lista y que había conseguido desbaratar alguna campaña en su contra, la que incluía la denuncia de supuestas incompatibilidades entre su cargo actual y responsabilidades paralelas. De esta manera quedaban afuera de carrera otros posibles pretendientes al segundo escalón de la facultad que conduce Claudia Pacheco. Entre ellos se nombró con insistencia en los últimos días a Rolando Crook, actual titular del Colegio de Abogados, Víctor Monti y Carlos Viale, -actual vicedecano de Claudia Pacheco que seguirá en el cargo-. En el caso de Crook, se dijo que no le alcanzaban los porotos para presentar batalla y se especuló con la posibilidad de algún nombramiento por fuera del espinel universitario. Salerno exhibe como carta de presentación, aparte de sus jóvenes 39 años y varios postgrados, ser el único de este cuarteto que cuenta con un doctorado cumplido y que, frecuentemente, es invitado de universidades de España, Ecuador, Nicaragua o Costa Rica. Estos y otros méritos llevaron a que muchos estudiantes estimaran que la suspensión de las elecciones estuvo vinculada, entre otras motivaciones, a voltear a quien consideran que está sobradamente calificado para competir. Veremos qué pasa en los próximos tiempos, pero está claro que suspender las elecciones y renovar automáticamente el mandato de las autoridades actuales, por un año más, tiene trasfondos diferentes a los de una mera reforma.

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La diputada provincial Cecilia Porta de Salas acaba de intimarnos, por carta documento, a rectificar un comentario de estos “Apuntes” -publicado el pasado 20 de junio- que involucraba a su persona y del cual, honestamente entendemos, no tenemos nada que rectificar. A continuación repetimos el escrito que tanto molestó a Cecilia.
“Sobre las PASO hay varias especulaciones. El Congreso del Partido Justicialista determinó que no haya internas, lo que representa la postura del gobierno. Por lo tanto, sus legisladores no le darán el gusto a los radicales que, en una movida maquiavélica, han cerrado la interna propia, pero, lo repetimos, la quieren hacer en coincidencia con la de la totalidad de los partidos. Para que ello ocurra hay que aprobar el proyecto del senador Víctor “El Gato” Luna. En esos afanes se tentaría a algunos diputados que en el pasado funcionaban con el Frente Cívico y hoy lo hacen con el kirchnerismo (Cecilia Porta de Salas, Raúl Guzmán, Alfredo Gómez y Jorge Bonaterra, a los que se sumaría el barrionuevista Marcelo Rivera) a que voten junto al bloque radical. El método de convencimiento sería el del soborno, para lo cual los recursos podrían llegar desde otras latitudes. Obviamente, sería un escándalo de proporciones inimaginables”.

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La destemplada respuesta de la diputada, por carta documento, dirigida al presidente de Editorial Esquiú, Luis Arturo Navarro, fue la siguiente:
“La que suscribe se dirige a usted con el objeto de expresar mi más profunda consternación y el inmenso dolor por el daño sufrido a causa de la publicación en el diario que usted dirige (El Esquiú, 20-06-2013, página 2, sección ‘Apuntes del Secretario’, segundo párrafo) donde consta de modo falaz una acusación de soborno, implicando a mi persona de modo directo, como se denota de mi nombre escrito y en primer término, todo ello haciéndome partícipe de una ‘maniobra maquiavélica’ para la aprobación de un proyecto legislativo. Todos sabemos que cuando se publica un potencial ‘sería el del soborno’, el lector suele leer ‘es el soborno’ provocando una grave lesión en mi buen nombre, en mi honor y en mi intachable trayectoria política. Por lo demás, si lo que se publica fuera un rumor, colmado de potenciales (sería, se trataría, etc) no se corresponde tal falta de certidumbre con la expresa mención de nombres propios, pues de ello resulta la falta de cautela y prudencia que debe tener el medio periodístico y que en vuestro caso careció totalmente. Esto resulta sorprendente, pues de su empresa periodística pude observar anteriores publicaciones que mostraron de modo positivo mi labor política legislativa. En cambio, no resulta sorprendente de parte de quien escribe la sección que aquí se trata, pues ya en otras ocasiones supo mostrar su misoginia y animadversión con respecto a quien esto suscribe (quizá será por mi compromiso con los derechos humanos y de género o mi lucha contra el narcotráfico, la trata y la violencia contra las mujeres o tal vez el ánimo difamatorio se deba a mi participación activa y convencida en las Marchas del Silencio y mi siempre repudio al encubrimiento y la impunidad), pero el presente hecho resulta de una gravedad institucional, pues se trata de que un medio de comunicación utilizando métodos propios de cualquier facción nazi-fascista donde la calumnia para tender infundadas sospechas y el descrédito sobre las instituciones democráticas y de la Constitución (Poder Legislativo) y sobre los legítimos representantes del pueblo (soy una de ellas como diputada provincial) tiene como fin último, el de catapultar tiranos que son los que terminan pisoteando los derechos y negando las libertades de los pueblos. Por todo ello intimo que en el perentorio plazo de 24 horas de recibida la presente haga pública y por los mismos medios impresos y digitales la rectificación de los dichos vertidos y las disculpas públicas que merezco, bajo apercibimiento de accionar legalmente por todos los daños sufridos por su maliciosa publicación”. Cecilia Porta de Salas.

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Como El Esquiú.com no se va a rectificar, Porta de Salas ya tiene todas las posibilidades de pedir la reparación que estime conveniente en la Justicia, como nos anuncia en su carta documento. Por lo pronto, solamente vamos a decir que no la involucramos en ningún ilícito, lo que podría comprobar con el simple repaso del escrito. En segundo lugar, no debería olvidar que se trata de una persona pública y, por lo tanto, no tiene las mismas prerrogativas que el ciudadano común como para ser obviada en los comentarios políticos. Todas las acciones que dice haber llevado a cabo, las valoramos y las desarrollamos en nuestras páginas, que seguirán abiertas -a pesar del cortocircuito- para cualquiera de sus inquietudes. En cuanto a la referencia a las marchas del silencio, le aclaramos que quien esto escribe, también participó de ellas, especialmente en las primeras cinco, cuando la protesta era espontánea, justa y ejemplar. Después vino la política, en la cual la señora Porta de Salas permaneció y donde tuvo nada menos que tres mandatos legislativos, dos como concejal (1997-2001 y 2001-2005) y uno como diputada (2009-2013). Ah, ironías al margen, le damos un consejo: búsquese un buen abogado, porque si la va a representar el que le “escribió” la carta documento, de muy difícil comprensión, posiblemente la Justicia no entienda bien dónde está la injuria o la calumnia.

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RECUERDOS HACIA EL PRESENTE. Como lo hacemos cada jueves, terminamos los “Apuntes” con el repaso de hechos políticos ocurridos hace 25 años que pueden tener alguna relación con el presente.
El 22 de junio de 1988 se realizó un homenaje al extinto profesional médico Mario Argentino Luna. Su nombre le fue impuesto a la sala de sesiones del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Capital. Quienes no recuerdan a esta persona deben asociarla con el peronismo, con su compromiso inclaudicable de atender a los niños y su amor por el deporte. El “doctor Luna”, como lo llamaba todo el mundo, estuvo en el Concejo Deliberante en el período 73-76, cuando, de la mano de Hugo Alberto Mott, gobernaba la provincia el Justicialismo. También era director médico y presidente de Vélez Sarsfield, en épocas que la “V azul” se imponía en la mayoría de las competencias locales y representó a Catamarca en numerosísimos regionales.
 

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