Columna política

miércoles, 5 de junio de 2013 00:00
miércoles, 5 de junio de 2013 00:00

El subsecretario de Salud, Oscar “Kelo” Brizuela, anunció el inicio de un relevamiento del personal de los hospitales, postas y otros centros de atención que funcionan bajo la órbita de la cartera sanitaria, a fin de tener un panorama acabado sobre el recurso humano disponible y las funciones que desempeña. Se trata de una acción estratégica que, a un año y medio de gestión peronista, constituye un paso impostergable para reordenar el caótico sistema que heredó del gobierno radical.

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Al igual que sucedió con otras dependencias de la Administración Pública, el sector de la salud se convirtió en una virtual bolsa de trabajo de la clase media, especialmente durante los dos mandatos de Eduardo Brizuela del Moral, incorporándose cientos de profesionales y técnicos a los nosocomios y otras instituciones. Aunque existía una cuestión real, surgida del aumento de la población y la progresiva ampliación de la cobertura, muchas de esas designaciones se hicieron con el único criterio de “portación de título”, sin tener en cuenta las necesidades concretas que había en cada centro en particular. Un ejemplo es lo que sucedió en la Maternidad Provincial “25 de mayo”, en donde se nombraron alrededor de una decena de odontólogos -en un espacio dedicado a la atención de embarazadas y recién nacidos-, y se descuidaron especialidades críticas como neurocirugía o anestesistas.

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De esta manera se llegó a la situación actual, en donde hay postas de los barrios periféricos o centros del interior que carecen del personal mínimo, mientras que otras mejor ubicadas están repletas de médicos clínicos que, muchas veces, ni siquiera cumplen el horario de trabajo estipulado o están en funciones administrativas. Por eso es urgente reorganizar y establecer un nuevo esquema de prestación que tenga en cuenta los requerimientos actuales, a fin de que se pueda garantizar efectivamente la atención de la gente.

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