Honor a la verdad

viernes, 7 de junio de 2013 00:00
viernes, 7 de junio de 2013 00:00

Ayer se celebró el Día del Ingeniero, el 2 de junio fue el del Graduado en Ciencias Económicas y también el del Bombero Voluntario. Durante el año hay muchas otras celebraciones para destacar profesiones y tareas, y agasajar a quienes las ejercen. Pero prácticamente ninguna de esas efemérides tiene la relevancia pública que alcanzó el Día del Periodista.
Es imposible negar la importancia de esta profesión y por lo tanto puede entenderse que desde distintos ámbitos se realicen homenajes a trabajadores de medios de comunicación social, y de oficinas de prensa de sectores públicos y privados. Aunque es necesario reconocer que hay un límite impreciso entre los homenajes genuinos y la adulación. Porque la gran mayoría respeta y defiende nuestro trabajo, pero también están quienes cumplen roles públicos y necesitan que su imagen, sus acciones, su pensamiento, tengan espacio en los medios y que -en muchos casos- disimulen u omitan lo que no los beneficia. De ser así, puede que recurran a la lisonja pretendiendo obtener lo que quieren.
Pero más allá de esos homenajes, está la realidad periodística.
Actualmente vivimos una transformación y resignificación de los medios de comunicación en general y de la profesión en particular suscitada por las nuevas tecnologías, que posibilitaron otros espacios de discusión pública como las páginas web, los blogs y particularmente las redes sociales que dan a la información su valor de derecho de la ciudadanía y no de un mero bien comercial.
Mezclado con ese logro social, el periodista vive hoy la incertidumbre atizada por la situación económica general que produce depreciación salarial y precarización laboral. Además, protagoniza o se encuentra en medio del fuego cruzado entre quienes levantan banderas de una supuesta independencia periodística con los que preconizan una militancia comunicacional que editorializa la realidad.
Son tiempos difíciles para esta profesión que puede ejercerse desde distintas visiones pero siempre con honestidad, para tener la confianza de los destinatarios de su servicio.

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